La prodigiosa muda que Algemesí exhibe cada mes de septiembre equipara ese fecundo territorio a las metamorfosis más deslumbrantes del reino animal. En apenas unos días es capaz de transformar la majestuosidad de las procesiones de la Mare de Déu de la Salut, una emocionante expresión de rituales de piadosa devoción católica, en una exuberante explosión de pasiones paganas. La mutación se practica sin cambiar de escenario „la plaza Mayor es en ambos casos es el epicentro del ceremonial„ y, lo que resulta más sorprendente aún, sin variar de protagonistas. Cuesta creer que los mismos bailarines que esbozan piruetas virtuosas y sublimes ante la imagen de Virgen en prueba fervorosa de su disciplinado acatamiento a la doctrina moral de la Iglesia puedan ser capaces de reemplazar la varilla flexible que lanzan ante la patrona para empuñar un arma despiadada y cruenta que les permite matar un becerro ante la complicidad de un público despreocupado por el castigo que sufre el animal. Estremece comprobar que los reiterados y sangrientos intentos de manos inexpertas que pretenden con escasa destreza dar muerte al animal dejen indiferente al tendido. Leer más en levante-emv.com