Volvemos a insistir, y no nos cansaremos de repetir, que Alzira es una ciudad descuidada en bastantes de sus entornos urbanos por culpa, en muchos casos, del incivismo y la falta de conciencia pública de algunos individuos que con sus conductas dificultan la convivencia en colectividad. No obstante, esa sensación de desidia en muchas zonas de la ciudad en las que no se limpian las pintadas (cada vez hay más) ni se exige que, por ejemplo, se eliminen los mensajes pintados en las calzadas con motivo de una boda, acto festivo o señalización abandonada (hay bastantes por toda la localidad), irán generando este tipo de conductas, en especial el gamberrismo.
Mantener la ciudad limpia, arreglar los problemas cuando aún son pequeños y no descuidar ningún rincón de los barrios o zonas más conflictivas, son acciones muy importantes que contribuyen al buen orden ciudadano y, por tanto, a evitar el vandalismo.
Mientras no se limpien las pintadas de las paredes o las muchas calles ensuciadas por particulares y colectivos con mensajes señalizadores o, a veces, indecentes; mientras no se prevenga todo esto con más vigilancia o mientras no se sancione con ejemplaridad, seguiremos teniendo una Alzira que da pena.
El último caso es la pintada que podemos ver en las fotografías que acompañan a estas líneas. La gamberrada ha tenido como soporte el monolito que hay en una de las entradas del parque de l'Alquenència de Alzira.
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