Una pintada sobre el monumento al Xúquer viene a aumentar el deterioro urbanístico de Alzira
Viernes, 4 de noviembre de 2016 | e6d.es
• Por culpa del incivismo seguiremos teniendo una ciudad que da pena
La apariencia de descuido en una ciudad, muchas veces, viene ocasionada por el incivismo y la falta de conciencia pública de algunos bípedos que, con sus comportamientos, dificultan la percepción de lo que es una colectividad.
Alzira está llena de pintadas, grafitis y mamarrachadas; muchas de ellas llevan años en fachadas particulares por el elevado coste que supone la limpieza de este 'arte urbano'. El Ayuntamiento sólo se hace cargo del saneamiento de pintadas en espacios de titularidad pública, acción que supone un elevado gasto para las arcas públicas. En definitiva, el lavado de cara urbano lo pagamos todos a precio de oro.
En Alzira se sigue permitiendo con un beneplácito ciertamente inexplicable los mensajes pintados en las calzadas con motivo de una boda, acto festivo o similares.
Mientras no se rebajen el número de pintadas que nos encontremos en la calle se irán generando este tipo de conductas, en especial el gamberrismo.
Ya se ha comentado más de una vez en este diario, mantener la ciudad limpia, arreglar los problemas cuando aún son pequeños y no descuidar ningún rincón de los barrios o zonas más conflictivas, son acciones muy importantes que contribuyen al buen orden ciudadano y, por tanto, a evitar el vandalismo.
Mientras no se limpien las pintadas de las paredes o las muchas calles ensuciadas por particulares y colectivos con mensajes señalizadores o, a veces, indecentes; mientras no se prevenga todo esto con más vigilancia o mientras no se sancione con ejemplaridad, seguiremos teniendo una Alzira que da pena.
El último caso es la pintada que podemos ver en las fotografías que acompañan a estas líneas. La gamberrada ha tenido como soporte el monumento del escultor Leonardo Borrás que rinde culto al río Xúquer y que se encuentra ubicado junto al paseo fluvial, en la zona de Tulell.
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