Hay muchas formas de ganar. Cuando uno tiene el honor de ocupar un cargo político o en una federación deportiva (por ejemplo), la mejor forma de ganar es saber que estás actuando honestamente. De hecho, ya es ganar el poder ocupar el cargo, el tener la gloriosa oportunidad de trabajar en favor del bien común. Eso es una victoria enorme.
Sin embargo, por lo que transmiten los medios de comunicación, algunos (no se sabe cuántos) de los dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), como también algunos de nuestros políticos (cada día sale algún caso más), no han sabido aprovechar la oportunidad concedida.
Ya sabemos que el fútbol mueve mucho dinero, pero a los próximos dirigentes de la RFEF. quiero pedirles algunas cosas:
1. Que sean ejemplo de honestidad (como debería ser cualquier cargo público). A nadie se le obliga a asumir un cargo o a seguir en él, así que quien no se vea preparado para tan alto honor, que deje paso a otro. Por cierto, los votos, los apoyos y los cargos no se compran, sino que uno debe hacerse digno de ellos.
2. Que presten mucha atención (e inversión) al fútbol no profesional y de base, el de la mayoría de jugadores, árbitros, entrenadores…El fútbol del 99 % de los partidos de cada fin de semana.
3. Que trabajen para conseguir que en el fútbol se instaure una cultura de rechazo del insulto, de las faltas de respeto y, en general, de la violencia. También se mueve mucho dinero en el tenis (por ejemplo), pero la educación siempre está por delante.
4. Que se sancione con dureza a los tramposos, a los que dañan el auténtico espíritu deportivo para sacar ventaja en el terreno de juego; es decir, a los que tampoco han entendido que hay muchas formas de ganar y ninguna es la trampa, sino que todas llevan el sello del honor. La nueva cultura futbolística también debe rechazar cualquier conducta antideportiva: hay que saber ganar para que de verdad sea ganar (y también se puede ganar perdiendo).
En definitiva, a los próximos rectores de la RFEF quiero pedirles que se entreguen para que yo no tenga que volver a escuchar lo que una vez me dijo un padre: “Quiero que mi hijo practique cualquier deporte, menos el fútbol; es el peor para su formación”. Y esto no solo depende de lo que pasa en el terreno de juego, sino también de todo aquello que se cuece en los despachos.
Ángel Andrés Jiménez Bonillo
Exárbitro y colaborador de Clan de Fútbol
.-000379