La Copa de 1977, cuya final jugaron el Athletic y el Betis, volvió a llamarse Copa del Rey, después de tantos años de ser Copa del Generalísimo. Ningún bético lo olvida, porque la ganaron los suyos. Y porque fue la más thriller de la historia. Se resolvió a los penaltis, en un duelo final, como de viejos pistoleros, entre Esnaola e Iríbar. Sucedió el 25 junio de aquel 77, cuando España bullía entre ilusión e inquietudes, en los albores de la Transición. Todavía ahora, todos los últimos viernes de mes se reúnen a comer en el restaurante Cambados, a tiro de piedra del Villamarín, los veteranos de aquella jornada gloriosa.
El Athletic era favorito. Había sido tercero en la Liga y aquel mismo año había sido finalista de la Copa de la UEFA, que se le escapó por muy poco ante la fabulosa Juventus de aquellos años, cuya alineación empezaba en Zoff y terminaba en Bettega. Era el Athletic de Koldo Aguirre entrenador, un Athletic que a su vez empezaba en Iríbar y terminaba en Rojo I, ahí queda eso. Se anunciaba gran mayoría de hinchas del Athletic, en cuyas manos ya se mezclaban las banderas rojiblancas con las ikurriñas. Lo de acudir a Madrid en masa a la final de Copa era una vieja tradición del club. En Madrid se tomaba como una invasión grata, de gente alegre y nada pendenciera. Aunque, esta vez, con eso de las ikurriñas…
Por su parte, el Betis había sido quinto en la Liga. Un gran Betis también, cargado de internacionales, que empezaba por Esnaola y terminaba por Benítez, a falta de Rogelio, ya mayor, y de Anzarda, lesionado. Benítez era un excelente jugador, ambidextro, que podía jugar por la banda en la defensa, en la media o en el ataque. Por menos costumbre (la anterior final del Betis databa de 46 años antes) hay menos reserva de entradas. Pero Núñez Naranjo, presidente bético, no se arredra cuando en la víspera le señalan esto:
—Cada bético anima por cuatro vascos.
El Betis sufre otras bajas, además de la de Anzarda: Muehren y Ladinski, porque en la Copa no valen los extranjeros, y su fulgurante aparición, Gordillo, que ya había jugado en Copa con el Betis Deportivo. Pero al menos, el club sevillano tiene sus gotas de solera copera en el entrenador, Rafa Iriondo, nada menos. Cuatro veces campeón con el Athletic como jugador, en los 40, cuando la célebre delantera, y una más como entrenador, también con el Athletic, en 1969. Ya con Iríbar y Rojo I, por cierto.
La final está precedida por la de juveniles, Barça-Zaragoza. El Príncipe Felipe acude a verla íntegra. Sus padres llegarán a tiempo justo para dar la Copa y presenciar la de los mayores. Sale un partido precioso: el Barça se adelanta 3-0, el Zaragoza arranca el 3-3, finalmente, un jugadón de Lobo Carrasco acaba en gol de Calderé. Los dos jugarán en el Barça y en la Selección.
A las nueve empieza la final de los mayores. Arbitra García Carrión, con Soriano Aladrén y Sánchez Arminio como linieres. Los equipos salen solemnemente y forman para escuchar el himno. Banderas españolas se mezclan entre las del Betis, como se mezclan ikurriñas entre las del Athletic. Pero no hay bronca. Juegan estos:
Athletic: Iríbar; Lasa, Guisasola, Alexanco, Escalza; Villar, Irureta, Churruca; Dani, Carlos y Rojo I. (Astrain por Lasa en el 38’ y Amorrortu por Carlos en el 80’).
Betis: Esnaola; Bizcocho, Biosca, Sabaté, Cobo; López, Alabanda, Cardeñosa; García Soriano, Megido y Benítez. (Del Pozo por Cobo en el 57’ y Eulate por Megido en el 107’).
Se adelanta el Athletic, en el 13’: Rojo I lanza un córner, Dani remata, Esnaola rechaza y Carlos remacha. 1-0. En el 45’, golpe franco contra el Athletic, que lanza Cardeñosa al palo, hacia donde ha volado Iríbar; el rebote lo recoge López y marca a puerta vacía. Forcejeo en la segunda parte, sin goles. Prórroga. En el 97’, Benítez cede un balón atrás sin advertir que Dani andaba por ahí, y el astuto extremo bilbaíno recoge y marca con facilidad. Benítez se echa las manos a la cabeza. 2-1. En el 117’, llega una falta sobre el área del Athletic: lanza Cardeñosa y López cabecea a gol. 2-2. Hay que ir a los penaltis. Y aquí llegarán los sucesos extraordinarios. El autor de este texto es Alfredo Relaño. Leer artículo completa y ver hilo de debate en elpais.com.
Final de la Copa del Rey de 1977