Reconozco que vivo con miedo. Cada día, cuando me levanto, me entero de un nuevo escándalo de nuestros políticos. Da igual el medio de comunicación: Radio, tele, internet, prensa escrita... En primera página siempre aparece algún político implicado en un sucio asunto. Lo triste es que también da igual el partido político. Todos son unos sinvergüenzas que han demostrado con creces que están en política para enriquecerse. Esta semana, sin ir más lejos, han caído varios.
Una vez que el político en cuestión cesa, yo me pregunto —reconozco que muy preocupado—¿qué va a ser de él ahora? ¿Volverá a su antiguo trabajo? Ah no. Calle, que no tiene. Qué despistado soy. Desde su más tierna juventud todos estos políticos han militado en el partido sin más preocupaciones. No han trabajado nunca. Y si alguno ha trabajado ha sido enchufado por un amiguete —o amigote— como profesor en alguna universidad o tiene un cargo de representación por el que se llevan un dineral. Son políticos ni ni. No tienen ni oficio ni beneficio. Bueno, beneficio sí... desgraciadamente para todos nosotros.
Repugna ver en los noticieros la cara de satisfacción de Rodrigo Rato tocando la campana cuando salió a bolsa Bankia. Asquea ver que los juzgados llevan años con la instrucción de casos de corrupción. Repele ver que el único interés de los partidos es solo el poder. Hastía ver que son capaces de hacer grandes pactos por la lucha antiyihadista, pero no hay un solo pacto de Estado por la Educación, por la Sanidad, por los más desfavorecidos... y que sean instituciones como Cáritas quienes socorran a las personas, porque el dinero del Estado se ha ido en el rescate a los bancos. Yo ya estoy harto de ellos. Conmigo que no cuenten, ¿y con usted? ¿seguirá participando de esta burla?
Piensen. Sean buenos.
Diego Gafo
* Diego Gafo es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Diego Gafo es autor del blog "Las cosas de DIEGVS".