Para poder conocer a partir de restos fósiles cómo eran y cómo vivían los dinosaurios, los paleontólogos han recurrido a estudiar la multitud de características físicas como la forma de los dientes o el cráneo. Pero hay una característica que ha servido a los paleontólogos para reconocer, clasificar y colocar dentro de la escala evolutiva a estos reptiles; la cadera.