Continúan las agresiones en el fútbol

Viernes, 24 de noviembre de 2017 | e6d.es
• En algunos estadios he escuchado un bonito mensaje que invita a un comportamiento cívico, pero en la mayoría de partidos se dan ejemplos de violencia verbal

Ha habido recientemente nuevas agresiones físicas (contra árbitros o aficionados) en la provincia (y en el resto de España). No es nuevo, por desgracia, pero sí terrible. Y, si contamos las innumerables agresiones verbales, concluimos que el fútbol sigue siendo, en demasiadas ocasiones, un no muy buen ejemplo para la formación de sus jóvenes.
En algunos estadios he escuchado por megafonía un bonito mensaje que invita a un comportamiento cívico por parte de los aficionados, haciendo hincapié en el rechazo de la violencia verbal. Sin embargo, todos sabemos que la realidad suele ser otra, pues en la mayoría de partidos de cualquier campo de España suelen darse ejemplos de violencia verbal.
Es una pena que se asocie la falta de educación con el fútbol. Lo que sería impensable en golf, tenis o rugby es de lo más habitual en fútbol. En tenis, si alguien insulta, los aficionados lo buscan con la mirada y la persona en cuestión queda en ridículo, lo cual la lleva inmediatamente a darse cuenta de que lo que ha hecho es vergonzoso. Además, los propios tenistas y el juez de silla paran el partido hasta que el maleducado abandone las instalaciones. Sin embargo, en fútbol, es raro que algún aficionado llame la atención a otro por falta de respeto, y, desde luego, todo el mundo se asombra si un árbitro para los partidos por violencia verbal (yo lo hacía entre 2006 y 2013, cuando me retiré, y aún penso que era lo correcto). Además, seguro que un periodista escribiría líneas y líneas por insultos a Nadal pero es muy difícil que se escriban por insultos a un árbitro de fútbol.
El problema del fútbol, en general, es la pasividad ante lo que es denunciable: los insultos, los fingimientos de los jugadores, las protestas a los árbitros (las bochornosas imágenes que se ven en fútbol jamás se ven en rugby, por ejemplo)…No se condena la falta de ética, y ese es el origen de todos los males. Decía Luther King que es peor el silencio de la gente buena que los actos malos de la gente mala. Pues eso lo vemos en el fútbol: casi nadie alza la voz contra lo que debería ser condenado, castigado y erradicado. A ver si quienes desean el cambio se hacen oír.

Ángel Andrés Jiménez Bonillo
Exárbitro  y colaborador de Clan de Fútbol