Cuando el flamenco se convirtió en arte
Se trata de un certamen en el que Lorca y Falla reivindicaron la nobleza de este género
El Ballet Flamenco de Andalucía, bajo la dirección de Rafaela Carrasco, revive el ayer granadino 'En la memoria del cante: 1922', un espectáculo que, del 22 de julio al 30 de agosto, pretende poner en valor uno de los acontecimientos más relevantes de la historia del flamenco: El Concurso de Cante Jondo de 1922, certamen que tuvo como impulsor a Manuel de Falla y al joven Federico García Lorca, entre otros, quienes se lanzaron a la conquista del renacimiento, conservación, difusión y reconocimiento del flamenco frente al rango tenido por otros géneros que, al menos por entonces, se suponían superiores.
Con 'En Memoria del Cante: 1922', la bailaora y coreógrafa Rafaela Carrasco recuerda aquellos días de junio en que tuvo lugar el concurso de cante en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra de Granada, y lo que propone es "musicar el evento, bailarlo, ponerlo en escena con una visión a más de 90 años de distancia". Y ello le permite, además, "homenajear a aquellos artistas que dejaron su legado artístico". Entre ellos se encuentran El Tenazas de Morón y su afamada soleá, Manuel Torre -a través de la seguiriya-, Manolo Caracol (toná), Ramón Montoya (rondeña), La Niña de los Peines (saeta), La Gazpacha (zambra), La Macarrona (cantiña), don Antonio Chacón (granaína) y, por supuesto, Federico García Lorca y sus poemas del cante jondo.
"Propongo una visión personal y conceptual de lo que allí pudo suceder", explica Carrasco. "Más que en el concurso en sí, me centro en todo lo que se sucedió para dignificar este arte", manifiesta. Y es que los organizadores -artistas e intelectuales- llegaron a la conclusión en un manifiesto de que la proliferación de cupletistas podía provocar la desaparición del flamenco. El empeño pretendía, además, que el cante llegara "a la gente culta".
El elenco que devolverá los recuerdos ocultos a la capital nazarí está liderado por la propia Rafaela Carrasco y Ana Morales, como solistas femeninas, a las que se suman David Coria y Hugo López como solistas masculinos. El resto del cuerpo de baile lo forman Alejandra Gudí, Florencia O'Ryan Zúñiga, Laura Santamaría, Paula Comitre, Carmen Yanes, Eduardo Leal, Antonio López y Alberto Sellés. La formación musical incluye el cante de Antonio Campos y del insipiente José Enrique Morente como invitado, y las guitarras de Juan Antonio Suárez Cano y Jesús Torres. La locución de algunas partes de la obra quedan para el actor Francisco Suárez.
Hay que reseñar que el pintor costumbrista Ignacio Zuloaga, firmante del manifiesto de 1922, deja su influencia de color en los trajes diseñados para esta ocasión por Manuel Blanco y Antonio Belmonte. Ambos han elegido tejidos elásticos con superposiciones de gasas, macramé, fornituras de ganchillos, líneas entalladas y telas pintadas a mano. Definen sus diseños como "un flashback con partes de los años 20 que se combinan con formas actuales bajo una influencia floral adaptada a los palos".
El diseño de escenografía corresponde a Gloria Montesinos, que también ha trasladado formas y colores de Zuloaga a proyecciones de vídeo que representan los decorados que el pintor realizó en 1922 para el Concurso de Granada. Es una escenografía en trama, abstracta, no realista, de inspiración natural la creada por Montesinos, quien agrega un escenario similar al de entonces pero móvil que, en sí mismo, da cohesión al espectáculo.
El Certamen del Cante Jondo de 1922 supuso una inflexión a la hora de considerar el flamenco arte mayor, dejando atrás, según algunos teóricos, la visión que se tenía del mismo. Organizado por el pintor y escultor Miguel Cerón, contó con el apoyo de Manuel de Falla y Federico García Lorca, además de Fernando Vílchez, el guitarrista Manuel Jofré, Francisco Vergara, el aguafortista Hermenegildo León, el literato y político Fernando de los Ríos, el pintor Ramón Carazo y el guitarrista clásico Andrés Segovia. Asistieron, además, músicos como Turina o escritores como Ramón Pérez de Ayala, que estuvieron presentes en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra. El autor de este texto es Manuel Martín Martín. Leer noticia completa y ver hilo de debate en elmundo.es.
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