Los Mossos han detenido a seis empleadas de un
local de alterne de Barcelona acusadas de estafar a sus clientes, tras introducir alguna sustancia en las copas que consumían para hacerles perder el conocimiento, un método conocido como "el
beso del sueño", momento en que les sustraían las tarjetas para usarlas fraudulentamente.
Según han informado hoy los Mossos, las detenciones tuvieron lugar el pasado 29 de mayo y las mujeres, dos de nacionalidad española y cuatro de nacionalidad rumana, de entre 24 y 39 años, fueron acusadas de delitos de estafa y descubrimiento y revelación de secretos.
Una de las víctimas denunció a los agentes que el pasado 13 de mayo acudió a un local de alterne de la zona alta de Barcelona donde solicitó los servicios sexuales de una de las trabajadoras. Tras pactar el precio y hacer un pago mediante
tarjeta de crédito, le sirvieron una bebida en la que, según la víctima, le habrían puesto algún tipo de sustancia que le impide recordar nada más de lo sucedido en el local.
Los investigadores pudieron comprobar que con la tarjeta de crédito de la víctima se hicieron cuatro pagos por un total de 1.330 euros.
Unos días más tarde, otro hombre explicó a los agentes que entró en el mismo establecimiento que la primera víctima, y que tenía una laguna mental desde su entrada en el local hasta la tarde del día siguiente, cuando se encontró en la calle muy aturdido.
El hombre denunció que durante aquellas horas alguien había utilizado sus tarjetas de crédito para hacer diversos pagos y retiradas de dinero de un cajero automático, por un importe total de 19.350 euros.
Los agentes iniciaron una investigación que les condujo hasta la responsable y cinco trabajadoras del local de alterne donde se habían producido los hechos.
Según los Mossos, la responsable del local habría hecho los cobros fraudulentos de las tarjetas de crédito de las víctimas y, acompañada por una de las empleadas, habría sacado diversas sumas de dinero de los cajeros automáticos.
Asimismo, los investigadores pudieron recuperar fotografías realizadas por algunas de las trabajadoras donde aparecía una de las víctimas con un disfraz de mujer mientras utilizaba los servicios del local de alterne.
La Policía de la Generalitat sospecha que estas fotos se podrían haber utilizado como coartada o como instrumente de coacción o presión en el caso de que la víctimas presentara denuncia. Leer noticia completa en
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