A sus 29 años, Brittany Maynard ha planeado su muerte al detalle: quiere estar en su cama de matrimonio, con su marido y familiares más cercanos al lado y con música sonando de fondo cuando ingiera el narcótico que le quite la vida. "Espero morir en paz", cuenta en un video colgado en la red hace una semana.
Y también sabe con exactitud cuándo quiere despedirse de este mundo: ha elegido el 1 de noviembre, para vivir el último cumpleaños de su esposo, a finales de octubre.
Maynard sufre un tumor cerebral agresivo. A comienzos de año, los médicos le dieron seis meses de vida. Su abierta decisión y defensa de la eutanasia lleva días desatando titulares y la mujer ya se ha convertido en el nuevo rostro del movimiento proeutanasia del país.
Su caso se debate en las noticias, en los talkshows y en la opinión pública del país. "Sus reacciones han superado nuestras más aventuradas expectativas", escribió la enferma en su web, donde, en nombre de su familia, agradece a todos "la ola de amor y apoyo" recibida.
"Su destino ha conmovido a muchas personas, es tan joven y sin embargo tan increíblemente decidida a conseguir algo", señala dpa Gwen Fitzgerald, portavoz de la organización Compassion & Choices, con quien trabaja estrechamente Maynard.
"Esperamos como Brittany que su historia constituya un impulso para un cambio legislativo, a fin de que más gente tenga acceso a una muerte digna", señaló.
Sólo en cinco estados del país está permitida la eutanasia. En Oregon el conocido como "Death with Dignity Act" (ley para una muerte digna) ya entró en vigor en 1997 por la presión de los electores. Según las últimas estadísticas de las autoridades sanitarias, desde entonces a 1.173 enfermos moribundos se les ha prescrito un narcótico mortal y de ellos, 752 se quitaron la vida con esos medicamentos.
En su estado natal California, Maynard no tenía acceso a la eutanasia. Este verano, tras una operación cerebral y la reaparición de un tumor aún más agresivo que según los médicos la mataría en unos pocos meses, la joven se mudó de San Francisco a Portland, en el vecino estado de Oregon.
Su madre Debbie Ziegler describe en el video a su hija como un aventurera deportiva y viajera. En 2012 se casó en un viñedo en California con su novio Dan Diaz, de 42 años, y poco después empezaron los fuertes dolores de cabeza, cuenta Brittany.
El pasado enero llegó el diagnóstico mortal: los médicos la operaron y en principio le dieron entre tres y diez años más de vida, pero el tumor regresó de forma más agresiva y su esperanza de vida se redujo a sólo unos pocos meses.
La mujer aseguraba en un video grabado en agosto que quería pasar los días que le quedan "en esta maravillosa Tierra" con su familia y en lo posible, en medio de la naturaleza.
Su rostro se ha hinchado visiblemente a causa de los fuertes medicamentos que toma. "Brittany tiene ataques epilépticos y fuertes dolores y necesita ayuda las 24 horas del día", cuenta Fitzgerald de Compassion & Choices. "No sabemos exactamente si lo hará el 1 de noviembre. Naturalmente aún puede cambiar de opinión". Leer noticia completa en
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