• Emite un chillido que se asemeja más al de un juguete infantil que al de una rana
El reino animal va sorprendiendo día a día. Aunque parezca que ya se conoce todo, a menudo aparecen nuevas especies. Pero también sucede que especies ya conocidas, ganan una especial popularidad. La rana de lluvia de Namaqua (Breviceps namaquensis) es, quizá, uno de estos casos; no sólo por su particular aspecto, similar al de una pequeña pelota con patas y una cara que denota mal humor, sino por el extraño sonido que produce. Lejos del croar característico de estos anfibios, la Namaqua emite un chillido que se asemeja más al de un juguete infantil que al de una rana. La rana de lluvia Namaqua es un pintoresco animalito, no sólo por su forma ovalada (lo cual la hace parecer familiar del legendario pez globo), o por sus ojos soñadores, sino principalmente por el sonido que emite. Este pequeño anfibio, de menos de cinco centímetros de largo, se pasa la mayor parte del tiempo bajo tierra y no vive en superficies acuáticas. Cuando se sienta amenazada se infla a modo de mecanismo de defensa contra predadores y emite, a su vez, el particular aullido que hoy tanto nos deleita.