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‘El David’, de Miguel Ángel
Una de las obras maestras del Renacimiento y una de las esculturas más famosas del mundo
‘El David’ es una escultura de mármol blanco de casi 5 metros de altura realizada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1501 y 1504. La escultura representa al Rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat y fue acogida como un símbolo de la República de Florencia frente a la hegemonía de sus derrocados dirigentes, los Médici, y la amenaza de los estados adyacentes, especialmente los Estados Pontificios.
‘El David’ es una de las obras maestras del Renacimiento y una de las esculturas más famosas del mundo. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia, aunque hasta 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señoría de la capital toscana. Desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra a tamaño real realizada también en mármol. ‘El David’ es la figura colosal de un adolescente desnudo, lo que permite el estudio anatómico del cuerpo sometido a las desproporciones propias de la edad: cabeza grande, cuyo volumen aumenta la rizosa cabellera; brazos largos, manos grandes y pesadas; las caderas estrechas y las piernas excesivamente separadas. Los ojos, trabajados a trépano (instrumento que deja la huella de un agujero), marcan el iris, las niñas, los párpados y cargan su expresión de dramatismo. La idea de calma y reposo que apreciamos no se mantiene si analizamos en detalle la figura. Todos los miembros manifiestan un reposo tenso (marcando tendones, músculos, venas...), es la captación del momento anterior a la acción, la máxima concentración antes del acontecimiento. Hay tensión en el airado semblante que se carga de expresividad (Terrebilità). Tiene que enfrentarse a un gigante, va a defender a un pueblo y va a ser elevado a la categoría de lo heroico.
Para construirlo, Miguel Ángel partió de un solo bloque muy alto y estrecho, lo que supuso una dificultad para el artista. El enorme bloque de espléndido mármol había estado abandonado y olvidado en los talleres del Duomo de Florencia durante casi 40 años, desde que Agostino di Duccio renunciase a sus intentos de esculpirlo en 1464, a resultas de los cuales la piedra quedó tan dañada como para temer que se resquebrajase al menor movimiento. El 2 de julio de 1501, los miembros de la Ópera del Doumo (comisión de obras de la catedral) decidieron colocar la piedra en vertical y consultar a los artistas de la ciudad qué empleo podía dársele. Miguel Ángel Buonarroti, que tenía 26 años, solicitó que se le concediera la obra. Lo que decantó la elección fue la seguridad dada por Miguel Ángel de que con el bloque de mármol sería capaz de construir aquella colosal estatua, sin necesidad de más piedras, y, además, hacerlo ‘ex uno lapide’, o sea, de una sola pieza, estilo que estaba considerado como sólo propio para obras maestras. Miguel Ángel trabajaba 20 horas al día, bajo el implacable sol en verano y junto a humeantes braseros en invierno. Bajo la acción del cincel, la figura fue cobrando vida. La escultura que al fin surgió del mármol transmite una poderosa sensación de fortaleza gracias a la solidez del eje vertical que la recorre desde el pie derecho hasta la enorme cabeza. ‘El David’ está considerado como prototipo del héroe del Renacimiento. Los escultores medievales representaban a los héroes cristianos vestidos; en el Renacimiento se adopta la desnudez que supone tanto el aplastamiento de los tabús medievales, como la idea platónica de que la verdad es igual a belleza.
En mayo de 1504, Miguel Ángel acabó la que es considerada como la escultura más bella y perfecta del mundo. Pero su historia no acabó ahí, porque el detalle de su localización ya fue motivo de controversia. Inicialmente, la idea era colocarlo en la catedral apoyada en un contrafuerte, pero entonces se perdía la visión trasera de la estatua y la visión de la honda que iba a la espalda. En enero de 1504, 32 artistas y ciudadanos de renombre de la ciudad de Florencia se reunieron para buscarle emplazamiento. Se decidió que sería en la Piazza de la Signora. Pero la controversia no se quedó ahí, pues aquella mirada amenazante de la estatua era una cuestión políticamente crucial. Si la ponían mirando hacia Pisa significaría el deseo de Florencia de reconquistarla, una ciudad que había sido ya florentina. Si se ponía mirando hacia Roma parecería una mirada de despecho hacia un lugar donde el papa Alejandro VI había cobijado a los Medici que habían sido expulsados de la ciudad por el gobierno florentino. Finalmente, se escogió esta última y fue tal el rechazo que tuvo entre el pueblo llano que en los cuatro días que duró el traslado del David desde el taller a su lugar de emplazamiento fue apedreado.
Leer artículo y ver hilo de debate en su fuente original paseandohistoria.blogspot.com.
‘El David’ es una de las obras maestras del Renacimiento y una de las esculturas más famosas del mundo. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia, aunque hasta 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señoría de la capital toscana. Desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra a tamaño real realizada también en mármol. ‘El David’ es la figura colosal de un adolescente desnudo, lo que permite el estudio anatómico del cuerpo sometido a las desproporciones propias de la edad: cabeza grande, cuyo volumen aumenta la rizosa cabellera; brazos largos, manos grandes y pesadas; las caderas estrechas y las piernas excesivamente separadas. Los ojos, trabajados a trépano (instrumento que deja la huella de un agujero), marcan el iris, las niñas, los párpados y cargan su expresión de dramatismo. La idea de calma y reposo que apreciamos no se mantiene si analizamos en detalle la figura. Todos los miembros manifiestan un reposo tenso (marcando tendones, músculos, venas...), es la captación del momento anterior a la acción, la máxima concentración antes del acontecimiento. Hay tensión en el airado semblante que se carga de expresividad (Terrebilità). Tiene que enfrentarse a un gigante, va a defender a un pueblo y va a ser elevado a la categoría de lo heroico.
Para construirlo, Miguel Ángel partió de un solo bloque muy alto y estrecho, lo que supuso una dificultad para el artista. El enorme bloque de espléndido mármol había estado abandonado y olvidado en los talleres del Duomo de Florencia durante casi 40 años, desde que Agostino di Duccio renunciase a sus intentos de esculpirlo en 1464, a resultas de los cuales la piedra quedó tan dañada como para temer que se resquebrajase al menor movimiento. El 2 de julio de 1501, los miembros de la Ópera del Doumo (comisión de obras de la catedral) decidieron colocar la piedra en vertical y consultar a los artistas de la ciudad qué empleo podía dársele. Miguel Ángel Buonarroti, que tenía 26 años, solicitó que se le concediera la obra. Lo que decantó la elección fue la seguridad dada por Miguel Ángel de que con el bloque de mármol sería capaz de construir aquella colosal estatua, sin necesidad de más piedras, y, además, hacerlo ‘ex uno lapide’, o sea, de una sola pieza, estilo que estaba considerado como sólo propio para obras maestras. Miguel Ángel trabajaba 20 horas al día, bajo el implacable sol en verano y junto a humeantes braseros en invierno. Bajo la acción del cincel, la figura fue cobrando vida. La escultura que al fin surgió del mármol transmite una poderosa sensación de fortaleza gracias a la solidez del eje vertical que la recorre desde el pie derecho hasta la enorme cabeza. ‘El David’ está considerado como prototipo del héroe del Renacimiento. Los escultores medievales representaban a los héroes cristianos vestidos; en el Renacimiento se adopta la desnudez que supone tanto el aplastamiento de los tabús medievales, como la idea platónica de que la verdad es igual a belleza.
En mayo de 1504, Miguel Ángel acabó la que es considerada como la escultura más bella y perfecta del mundo. Pero su historia no acabó ahí, porque el detalle de su localización ya fue motivo de controversia. Inicialmente, la idea era colocarlo en la catedral apoyada en un contrafuerte, pero entonces se perdía la visión trasera de la estatua y la visión de la honda que iba a la espalda. En enero de 1504, 32 artistas y ciudadanos de renombre de la ciudad de Florencia se reunieron para buscarle emplazamiento. Se decidió que sería en la Piazza de la Signora. Pero la controversia no se quedó ahí, pues aquella mirada amenazante de la estatua era una cuestión políticamente crucial. Si la ponían mirando hacia Pisa significaría el deseo de Florencia de reconquistarla, una ciudad que había sido ya florentina. Si se ponía mirando hacia Roma parecería una mirada de despecho hacia un lugar donde el papa Alejandro VI había cobijado a los Medici que habían sido expulsados de la ciudad por el gobierno florentino. Finalmente, se escogió esta última y fue tal el rechazo que tuvo entre el pueblo llano que en los cuatro días que duró el traslado del David desde el taller a su lugar de emplazamiento fue apedreado.
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El Sis Doble no corregeix els escrits que rep. La reproducció d'aquest text és literal; fidel a les paraules, redacció , ortografia i sentit de l'autor/s
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