El derecho a morir dignamente sigue siendo motivo de debate social
El testamento vital impide que nadie decida por nosotros en caso de una enfermedad terminal o degenerativa
“Qué hacemos para conseguir que la lucha por una vida digna incluya la exigencia de una muerte digna”, es un libro escrito por Luis Montes junto a Fernando Marín, Fernando Pedrós y Fernando Soler. Se presentó hace unos días en la librería “Trenta-cinc formiguetes” de Alzira.
En el acto estuvieron presentes los médicos Carmen Alberich y Fernando Soler, ambos miembros de la asociación federal Derecho a Morir Dignamente, de Valencia y Madrid respectivamente.
Los dos interlocutores incidieron en la necesidad de que la sociedad conozca el testamento vital, documento de voluntades anticipadas, ya que éste va a impedir que nadie decida por nosotros en caso de una enfermedad terminal o degenerativa.
Soler y Alberich defendieron y reivindicaron en todo momento la despenalización de la eutanasia y los derechos de los ciudadanos al final de su vida para poder llegar a una muerte digna.
Según palabras textuales que recoge el libro, “La muerte es un tema interesadamente tabú en las sociedades de tradición judeo-cristiana. Quienes predicaron el sufrimiento y la resignación como elementos de nuestra dignidad de seres creados, alimentaron el miedo a la muerte con la amenaza del castigo eterno tras ella”.
En este libro, miembros de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (AFMDM), coordinados por su presidente, el doctor Luis Montes, rompen con ese tabú y abordan de una manera clara y directa los diferentes aspectos involucrados en el periodo final de la vida.
Tras reivindicar la moralidad de la eutanasia y el suicidio como expresión de la autonomía y la libertad individual, se aplican a la pedagogía de los derechos ya alcanzados en relación con nuestro final: información, aceptación o rechazo de tratamientos, decisión por representación, testamento vital, derecho al alivio del sufrimiento y la ética del cuidado como respuestas a la obstinación terapéutica y al paternalismo médico de la tradición hipocrática. Para los autores, el conocimiento de los derechos y su ejercicio es la mejor herramienta para avanzar y conseguir el reconocimiento de la vida como un bien de propiedad individual, evaluable y renunciable.
Tras pasar revista al modo en que algunas sociedades cercanas a la nuestra han avanzado en ese reconocimiento, cierran el texto con propuestas concretas para avanzar en el reconocimiento legal en nuestro país del derecho a decidir sobre la propia vida.
Autores
Médico anestesista del Hospital Severo Ochoa de Leganés en Madrid y presidente de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (AFDMD).
Fernando Marín
Médico experto en cuidados paliativos y trabaja en la asociación ENCASA. Es presidente de DMD Madrid.
Fernando Pedrós
Periodista y filósofo; ha trabajado en diversos medios de comunicación y en la universidad. Ha formado parte del Laboratorio de Ideas de la Fundación Alternativas.
Fernando Soler
Ha sido médico de aparato digestivo en el Hospital Severo Ochoa de Leganés. Tras el caso de las sedaciones en dicho hospital entró a formar parte de DMD Madrid.
Carmen Alberich y Fernando Soler
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