A la tercera ha ido la vencida. El FROB ha vendido Catalunya Banc al BBVA por algo más de 1.100 millones, en una subasta en la que también han competido el Santander y CaixaBanc. El francés Société Générale fue otro de los interesados por la entidad. Esta operación supone que los contribuyentes pierden definitivamente 11.500 millones de euros. Esta cantidad supone casi tanto como los recortes del Estado en sanidad y educación, que ascendieron a 13.800 millones hasta 2013. La entidad tenía unas ayudas directas de 12.050 millones y otros 572 millones inyectados posteriormente para la venta de la cartera de hipotecas tóxicas. Catalunya Banc supone incrementar su cuota de mercado en esta región en 11 puntos. Tras la compra de Unnim, el BBVA ha decidido seguir aprovechando la oportunidad de crecer y consolidar su presencia en una región que considera clave. Hasta ahora, los compradores de bancos en crisis han sido CaixaBank, que adquirió Banco de Valencia y Banca Cívica; el BBVA, que se hizo con Unnim; Sabadell, con la CAM, Kutxabank, que se quedó con CajaSur, Liberbank, se hizo con CCM. Par el BBVA una de las ventajas es que el precio pagado está muy por debajo de los 2.630 millones de patrimonio neto con los que cuenta Catalunya Banc, lo que le supondrá una inyección a los recursos de la entidad presidida por Francisco González.
Además, el Estado está dispuesto a cubrir parte del coste de las reclamaciones por preferentes, cláusulas suelo y coberturas de tipos de interés (swaps) e incluso una probable indemnización a Mapfre si BBVA rompe el acuerdo de bancaseguro que la compañía tiene con Catalunya Banc. Esto puede suponer un coste de entre 300 y 400 millones adicionales. Además, BBVA podrá sacar buen provecho a los créditos fiscales, que son 3.553 millones. En febrero de 2013, Francisco González desveló públicamente que el banco estudiaba la opción de pujar en el segundo intento de subasta de Catalunya Banc "con todo el interés posible", al igual que había reconocido días antes el Santander. En aquel momento, el banquero argumentó que la experiencia decía que cuando se ofrecía a un comprador un esquema de garantía sobre parte de la cartera de la entidad subastada, las ayudas del Estado se podían reducir. Pero ante la negativa del Estado, a través del FROB, a conceder nuevas ayudas en forma de epa, la subasta quedó desierta y hubo que replantearse una vía alternativa para que Catalunya Banc ganara atractivo.
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