Tras cinco meses de buenos datos, el paro se reduce y vuelve a la cifra en la que se situaba cuando Rajoy ganó las elecciones: 4,4 millones de desempleados. Sin embargo, hay una diferencia muy sustancial. El Ejecutivo desembolsa mucho menos en ayudas. Si en noviembre de hace dos años el gasto por ayudas a los parados alcanzaba los 2.567 millones al mes, ahora esta partida apenas ronda los 2.000 millones. Es decir, el Estado se está ahorrando unos 500 millones de euros mensuales pese a contar con el mismo número de desocupados. Y es más: el Gobierno gasta 838 millones menos que en 2009, el momento de mayor desembolso por este concepto incluso habiendo 1 millón de parados menos. De hecho, sólo el 57 por ciento de los desempleados cobra en estos momentos algún tipo de ayuda del Servicio Público de Empleo frente al 70 por ciento de cobertura registrada entonces. De los 4,4 millones de parados contabilizados en la actualidad, tan sólo 1 millón recibe la prestación contributiva. Únicamente 1,4 millones percibe alguna renta o subsidio. Todo lo cual nos deja con la friolera de 2 millones de desempleados sin ingresar ayuda alguna del Servicio Público de Empleo. Después de dos años y medio, hay 350.000 parados menos beneficiándose de una prestación contributiva y 170.000 menos obteniendo un subsidio. Y a este triste fenómeno hay que sumar que las prestaciones resultan cada vez más bajas, en buena medida debido al recorte aprobado en julio de 2012. Empleo estableció que a partir del séptimo mes de prestación se cobrase el 50 por ciento de la base reguladora en lugar de un 60. Así las cosas, el gasto medio por beneficiario cae desde los 860 euros en noviembre de 2011 a los 824 euros de la actualidad.
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