El actual conflicto con Boko Haram en África occidental ha elevado a más de 6 millones el número de personas que se enfrentan al hambre severa, según indican las últimas estimaciones. La alerta, lanzada por 15 ONG, llega mientras gobiernos y donantes se reúnen para tratar sobre la crisis humana en la región de la cuenca del Lago Chad durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York este viernes 23 de septiembre.
La petición revisada de ayuda de Naciones Unidas asciende a 559 millones de dólares hasta final de año para hacer frente a las necesidades más acuciantes causadas por la crisis. Las organizaciones manifiestan que, si no disponen de más recursos económicos, serán incapaces de alcanzar a la población más vulnerable, incluso en las zonas en las que ya es posible el acceso.
Unas 65.000 personas sufren ya hambruna en bolsas específicas del noreste de Nigeria, y alrededor de un millón están a tan solo un paso de ella. En Nigeria, Níger, Chad y Camerún hay 6,3 millones de personas en una situación de severa inseguridad alimentaria. De ellas, 4,4 millones se encuentran en Nigeria.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas los líderes mundiales tratan también sobre la crisis de refugiados y migrantes pero aquellos que han huido de sus hogares sin abandonar sus países de origen quedan fuera de estas conversaciones. Con 2,6 millones de personas desplazadas, la de la cuenca del Lago Chad es la crisis de desplazados de mayor crecimiento en África y debería ser uno de los puntos más urgentes a tratar en su agenda.
Yannick Pouchalan, Director en Nigeria de Acción Contra el Hambre, asegura: “lo que estamos viendo son familias haciendo equilibrios al borde de la hambruna. Si las organizaciones no pueden llegar a las comunidades atrapadas por el conflicto, estaremos enfrentándonos a un desastre mucho mayor del que ahora vivimos. Muchos de los que están llegando a los campos sufren ya desnutrición severa. Hay muchas familias que llevan días sin comer, mucha gente mendigando comida. Si la situación continúa deteriorándose muchas más personas pueden morir”.
En algunas áreas del estado nigeriano de Borno la tasa de desnutrición aguda en niños menores de 5 años está por encima del 50%. Es una situación muy similar a la que se vivió en 2011 durante la crisis de Somalia, cuando las cifras y la gravedad del hambre llevaron a declarar la hambruna.
El conflicto, y las operaciones militares para contrarrestarlo, han hecho que las tierras de cultivo, los ríos y lagos que la población utilizaba como medio de vida son ahora zonas vedadas debido a las operaciones militares en Nigeria, Níger y Chad. Los mercados se han cerrado y los medios de transporte de la población, como las motocicletas, han sido prohibidos, dejándoles sin su medio de vida.
Lisa Bay, Directora de Operaciones de Oxfam en la Cuenca del Chad,asegura: “la población civil ha pagado un alto precio por las políticas de bloqueo de alimentos y suministros de Boko Haram. La población debería poder pescar, cultivar y vender sus productos en los mercados. Hemos visto comunidades que han sido tremendamente generosas dando acogida a personas que habían huido de sus hogares, pero que ahora no tienen nada más que ofrecer. Ellos también están hambrientos y necesitan tener acceso a las ayudas”.
15 organizaciones internacionales presentes en Nigeria necesitan más de 143 millones de dólares hasta final de año para proporcionar ayuda de supervivencia básica como comida, agua, refugio y seguridad, pero tienen muchos problemas para asegurar la financiación y aumentar el alcance de sus acciones.
Sarah Ndikumana, Directora de IRC en Nigeria, explica la situación: “hemos recibido algo más de 53 millones de dólares, pero existe una necesidad de financiación de casi 90 millones. Sin dinero no podemos alcanzar a las personas que más necesitan la ayuda. La situación es crítica, con muchas vidas que penden de un hilo. Instamos a los donantes a que aporten una cantidad importante para evitar que esta crisis se convierta en una catástrofe. Nosotros no podemos quedarnos parados mirando cómo miles de personas sufren y mueren cuando podemos hacer algo para evitarlo”
Jennifer Poidatz, Vicepresidenta del departamento de respuesta humanitaria de Catholic Relief Services añade: “necesitamos aprender de las crisis mundiales que se han extendido en el tiempo, donde las soluciones a corto plazo no han servido para que las personas que han tenido que huir de sus hogares puedan regresar a ellos y retomar sus vidas. Solo una financiación sólida a lo largo de los años, por parte tanto de organizaciones internacionales como nacionales en el terreno, podrá asegurar una respuesta correcta. Necesitamos también un liderazgo político que favorezca acciones que aborden de raíz las causas de la violencia.”
Como resultado del conflicto se han dado niveles alarmantes de violencia sexual, abusos de los derechos humanos y reclutamiento forzoso, incluso entre niños. La situación es muy frágil y la violencia continúa, haciendo muy difícil para las agencias dar asistencia a todas aquellas personas que lo necesitan.
El Seis Doble | Oxfam Intermón
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