• Por lo visto hacer campaña consiste en prometer la luna aunque sepamos todos que no eres capaz ni de freír un churro
Estamos en esos días en los que hasta el milagro es posible. De repente, todo funciona bien. Se arregla el paro, nos pintan los pasos de cebra, cambian las bombillas de las farolas y hasta parece que se venden pisos. Es ahora cuando va y se nos aparecen, como los amigos de Donettes, aquellos que nos han ignorado mucho para decirnos nosequé de confianza. Ellos que en lugar de preocuparse por nosotros metían la mano en la saca y se llevaban nuestros servicios públicos, los unos, mientras algunos de los otros lo veían y se callaban al estilo Lazarillo de Tormes, para largar ahora y así de paso, arañar algún que otro voto que es lo que interesa. En resumen ha empezado la campaña electoral (más radical que los últimos meses, creedme). Sálvese quien pueda.
Antes que nada deberíamos saber qué nos jugamos en esta partida porque si no después nos andaremos lamentando por las esquinas. En cuanto a las elecciones municipales, siempre he pensado que, sobre todo en localidades pequeñas, el concepto partido se diluye y gana o pierde la cara del candidato, la persona, así es que poco se puede decir al respecto, allá cada uno con el rostro de su alcalde. Pero en las autonómicas nos jugamos mucho más de lo que parece. Elegiremos a los que nos van a gestionar los servicios publicos que están transferidos a las comunidades autónomas (ya casi todos en este país). Para entendernos, vamos a elegir a los que después nos van a racanear la sanidad, enseñanza, la pensión del abuelo y un largo etc de cositas que si después nos recortan, nos arruinan la vida. Es como para tomárselo en serio, ¿verdad?
El caso es que nos esperan tres semanitas que para algunos (y así nos luce el pelo) van a ser un auténtico infierno, un soberano aburrimiento que padecerán encima sin “Furgol” si se confirmase la huelga (lo dudo mucho, les interesa tenernos en estado vegetal-lechuguino). Pero para otros, tenemos por delante tres semanas de espectáculo apasionante en el que veremos que los distintos partidos nos intentan convencer de que sus ideas son las mejores aunque muchas veces, como los buenos tahúres delMississipi, ni nos las enseñen ni lleguemos a saber si existen.
Por desgracia, las campañas electorales en este país se ha transformado en un tirarse de los pelos eterno o un sacarse los ojos sin dejar nada claro. Por lo visto esto consiste ya en prometer la luna aunque sepamos todos que no eres capaz ni de freír un churro. Vivimos en un todo vale en el que campan a sus anchas personajes que no están a la altura. Ellos lo saben mejor que nadie, pero gritan mucho y en el grito descerebrado creen que está su poder (igualito que algunos programas de T5). Aunque al final los que acabemos con la mismita cara que “El grito” de Munch, deseperadillos para variar, seamos nosotros, los electores, que vemos con cierto desespero, como los partidos emergentes se auto-inmolan a lo bonzo o se destrozan entre ellos y nos condenarán a sufrir otra legislatura del bipartidismo de siempre porque, mira tú por dónde, los que resultan beneficiados de las peleas de gallos no son los pobres bichos sino los que se quedan mirando.
Los resultados auguran situaciones surrealistas e ingobernables, a no ser que se produzca la sorpresa, como en UK, no lo descarto. Eso hará que, salvo misterios de última hora, veamos pactos, muchos pactos y algunos verdaderas aberraciones, hasta ahí no parece haber duda. Entonces ya que vamos de pactos propongo una cosa; Podíamos pactar algo nosotros con los partidos. Propongo votar sólo a los que nos digan cuáles son esas cosas básicas irrenunciables para ellos y cuales no lo son, así podíamos hacernos una idea de los enjuagues que vamos a tener que padecer y poder votar en consecuencia.
Como dudo bastante que todo el mundo nos diga que haría con nuestros votos, me he decidido a hacer un pequeño experimento (el 1er Experimento en zapatillas lo llamo yo). He enviado un correo electrónico a todos los partidos que se presentan en las distintas circunscripciones (una lista larguísima según la Junta Electoral, más de 50 os lo aseguro). En ese correo pido, por favor, que remitan su programa electoral para sí poder ponerlos todos, por orden de respuesta , en una pestaña de este blog. ¿El resultado? Podéis verlo vosotros mismos pinchando aquí o yendo a la pestaña “24M Votamos todos” que está en la parte de arriba. Vistos estos resultados. ¿No deberíamos dar un tirón de orejas a los que demuestran no preocuparse nada por los electores, a los que no saben ni contar que harán si les votan?