Biólogos de la Universidad de Queensland han descubierto que la piel de algunas especies de largarto gecko puede repeler el agua.
Diminutos pelos en el cuerpo de estos pequeños reptiles ayudan a concentrar el agua y repelerla.
Por el momento, los biólogos de Queensland están desarrollando un producto con las mismas propiedades de la piel de un gecko e intentan saber si la piel de este lagarto puede ser reproducida con fines médicos y científicos.
Además, la piel de un gecko puede ser compatible con las células humanas, en concreto con las de la piel, por lo que “podría ser muy útil a la hora de realizar implantes”, explica una de las responsables del proyecto.
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