Hacienda quiere acabar con el emprendimiento

Lunes, 25 de abril de 2016 | e6d.es
• "Se sienten como los libertadores que salen a luchar en una guerra santa en nombre de no se sabe muy bien qué dios…"


La afirmación de que Hacienda quiere acabar con el emprendimiento puede que no sea cierta en cuanto a su intencionalidad, pero sí en cuanto a resultados. Quiero pensar que no lo hacen con mala fe ni malas intenciones (aunque a veces se les ve llegar a la legua), pero si el resultado es nefasto, al final lo mismo da que sea por mala fe que por ignorancia o simple incompetencia. Sí, ya sé que no es lo mismo un asesinato que un homicidio involuntario, pero que se lo pregunten al muerto a ver qué opina del matiz sutil que pueda encontrar el juez a la hora de condenar a su asesino… u homicida.
Hace poco más de un mes, Hacienda anunció a bombo y platillo (sacando pecho con orgullo y satisfacción del trabajo bien hecho y de los planes bien pergeñados) que investigaría a doscientas mil personas que venden cosas de manera habitual por internet. No a quien en un momento dado haya vendido algo esporádicamente, sino a aquellos que, por su continuidad, dan a entender que pueden estar desarrollando una actividad económica. Hablo de productos que se ofrecen en ebay, wallapop y similares, pero también en modestas páginas webs o en redes sociales. Gente que, en apariencia, no es que esté vendiendo cosas usadas que tenía en el desván, sino que compran cosas donde buenamente pueden y luego las venden por un precio mayor.
Esas «actividades», como no puede concebirse de otro modo, se inician en la clandestinidad, por llamarlo de alguna manera, claro que tratándose de internet y siendo el público inmediato tan amplio, el concepto de clandestinidad suena raro. Gente en paro que intenta sacarse unas perrillas sin hacerle daño a nadie y que, como mucho, se podrá sacar un medio jornal al cabo del mes si ha tenido un poco de suerte. El que llegue a convertirse en mileurista en una de estas pseudoactividades ya puede darse con un canto en los dientes y bailar sevillanas.
Pues sí, contra esas doscientas mil personas desarmadas y desorganizadas, y sin apenas medios, se quiere lanzar el ejército de nuestra Hacienda, armada hasta los dientes, para recaudar… ¿Qué? ¿Qué quieren recaudar de alguien que, por no robar ni delinquir compra cualquier cosa o la coge de un contenedor para luego intentar defenderla en internet? ¿Se han vuelto locos o se creen que esa economía sumergida de la que tanto hablan está enriqueciendo a estas personas? Oigo noticias de este tipo y me cabreo, no puedo evitarlo. ¿En qué piensa toda esta gente? ¿Por qué no se preocupan en crear empleo? Si lo hubiere, la gente no se desgañitaría para sacarse veinte euros en la red.
Está claro que «ellos» lo ven de otro modo. Se sienten como los libertadores que salen a luchar en una guerra santa en nombre de no se sabe muy bien qué dios… Y lo hacen por nuestro bien (me recuerdan a los santos de la DGT), porque «por culpa» de esa economía sumergida a la que ahora van a combatir, los pringados que cotizamos, tenemos que pagar más impuestos. Eso es lo que nos quieren hacer creer cuando anuncian una medida de estas, es como si yo anunciara en Facebook que me voy a dedicar a pisotear hormigueros para salvar la humanidad de una invasión y luego me hago un selfie disfrazado de Superman.
¿Cómo, alguien que vende cuatro trastos por internet, va a cotizar autónomo, pagar a un asesor, pagar impuestos de lo que vende (sin poderse deducir los gastos de lo que ha comprado porque ni siquiera tendrá factura; eso para Hacienda es TODO BENEFICIO).
O se están volviendo locos ellos, o puede que sea yo, lo que está claro es que así no nos vamos a entender nunca.
Ramón Cerdá
* Ramon Cerdá es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Ramón Cerdá es autor del blog "El blog de Ramón".