El gobierno de Bagdad presentó al Parlamento un proyecto de ley sobre la familia que pretende legalizar el matrimonio de los niños, siguiendo los preceptos más estrictos de la ley islámica, la Sharía. Además también busca permitir que, en particular las niñas, puedan contraer matrimonio a cualquier edad (una cláusula autoriza que se puedan divorciar a los 9 años, para unirse a otro hombre).
Pero eso no es todo. El doloroso proyecto incluye otros artículos insólitos. Entre ellos, las condiciones en las que una mujer puede amamantar a su bebé, o el número de noches que un polígamo puede pasar con cada una de sus esposas.
Según analistas, la concesión al integrismo islamista es una operación política del primer ministro Al Maliki, de confesión musulmana chií y considerado hasta hoy “moderado”, para atraerse el favor del partido chií radical Fadhila. Los defensores de los derechos humanos y los líderes religiosos de distintos sectores internacionales dieron muestras de una gran indignación luego de que la mayoría del Consejo de Ministros iraquí (21 de los 29) votara a favor de este polémico proyecto que legaliza implícitamente la pedofilia, la violación y la prostitución dentro de los márgenes del matrimonio.
Exactamente, el proyecto disminuye la edad de matrimonio legal para las mujeres a los 9 años y para los varones a 15 (artículo 16), permite la poligamia sin restricciones (artículo 104), establece que las mujeres mayores de 18 años requieran del consentimiento paterno para casarse, y otorga al marido el derecho a mantener relaciones sexuales incluso sin el consentimiento de la esposa (artículo 101).
Además, impide a la mujer abandonar su domicilio conyugal o incorporarse al mercado laboral sin permiso de su esposo. La apodada la “Ley Yaafari", establece que el marido no tiene la obligación de mantener económicamente a su esposa en el caso de que esta no esté en condiciones de satisfacerle sexualmente (artículo 126). La ley también establece que, en caso de divorcio, el padre es el único tutor de los hijos, y prohíbe a los musulmanes casarse con no musulmanes (artículo 63).
Desde la Misión de la ONU en Irak (UNAMI), también mostraron su preocupación por la posible aprobación de dicha ley y advirtieron que "la integración plena de la mujer en la sociedad iraquí es uno de los factores clave para lograr la estabilidad y la democracia".
Por otro lado, piden a Irak "coherencia" con las normas internacionales. Entre ellas, la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, ratificada en 1986 por el país árabe, y la Convención sobre los derechos del niño, aceptada en 1994.
Un poco de historia para entender la historia
Antes de la invasión estadounidense de 2003, las mujeres iraquíes disfrutaban de condiciones socioeconómicas favorables. Las mismas disminuyeron luego de la invasión de EE. UU. hasta terminar así, cerca de votar por un proyecto que deja a las mujeres expuestas a cualquier tipo de abuso y legaliza el maltrato y la degradación.
Hanaa Edwar, destacada defensora de los derechos de las mujeres en Irak y secretaria general de la Asociación iraquí Al-Amal, asegura que “la ley contiene disposiciones que degradan y deshonran a las mujeres de manera vergonzosa”.
Es interesante destacar que la guerra entre Iraq y los Estados Unidos, causó dos millones de viudas y cinco millones de huérfanos. Debido a esas radicales ausencias, la lucha sectaria se profundizó y se fortaleció el extremismo religioso.
Buscando petróleo y aliados, el gobierno norteamericano promovió la destrucción completa de los movimientos nacionalistas de Iraq, incluidos los movimientos pro derechos de las mujeres.
Las secuelas que dejó esta guerra profundizaron, además, la violencia sectaria, las divisiones étnicas, y reafirmó el poder político religioso, apoyando así a las fuerzas islámicas reaccionarias con el fin de eliminar movimientos de izquierda que confrontaban el capitalismo y la dominación imperialista.