Javier Limón: “Ana Mato está jugando con la vida de las personas… nos han tratado como escoria”

Domingo, 26 de octubre de 2014 | e6d.es
• La médico que le atendió no sabía cómo quitarse el traje, las enfermeras han tenido que improvisar y en su habitación de aislamiento un cubo de palomitas hacía de papelera... todo esto en el "hospital de referencia"



Javier Limón, el marido de Teresa Romero, cree que les “han tratado como escoria” y confirma que va a demandar en las próximas horas al consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, por atentar contra el honor de su mujer. Sobre la ministra Ana Mato, cree que “está jugando con la vida de muchas personas” y que “si le viene grande el puesto y no sabe gestionarlo, debe dimitir”.

“Se han reído de nosotros… nos han tratado como escoria”
“Un verdadero desastre, de Pepe Gotera y Otilio, y encima de todo el desastre que han armado, que nos han destrozado la vida, que han asesinado a nuestro perro, que a mi mujer casi la matan… Encima de todo sale el tipo este diciendo que mi mujer, que se ofreció voluntaria, es una mentirosa, que ha mentido sobre la fiebre, que no hace falta hacer un máster para quitarse el traje… Se han reído de nosotros en nuestra cara, nos han tratado como escoria, y esto no va a quedar así”, explica Javier Limón en una entrevista realizada en el Hospital Carlos III, donde permanece aún hospitalizado, y publicada este domingo en El Mundo.

Momentos de pánico en el Carlos III
El marido de Teresa da detalles del día a día del hospital, que ponen los pelos de punta, no por la profesionalidad indiscutible de los sanitarios, sino por la poca preparación que han recibido.
Javier Limón ha visto a enfermeras quitándose las perneras del peligroso traje de aislamiento “saltando a la pata coja”; a una chica, quitándose el traje, que se le pegó en un guante un trozo de cinta y empezó a gritar: “¡que se me ha pegado, que se me ha pegado!”, y claro, alarma total, tuvieron que entrar otras a quitárselo, con otro guante”; a otra enfermera quitándose el traje dentro y otras gritándole desde fuera, mirándola por la mirilla: ‘¡tira de ahí! ¡No, de ahí no! ¡Cuidado! ¡Eso, así sí! ¡No, no toques eso!”.

La doctora que le atendió no sabía cómo quitarse el traje
El marido de Teresa narra cómo una de las doctoras que le trató el primer día, al salir, les gritó a los de fuera: ‘¡bueno, y esto cómo se quita, que no tengo ni idea!’. … ‘Pues tira de aquí, tira de allá’, le indicaban sus compañeros.

Un cubo de palomitas como papelera
También ha visto un cubo de palomitas usado como papelera en su habitación de aislamiento, y menos mal que estamos hablando de un “hospital de referencia”.

El colchón infectado que a Teresa le costó doblar
Una mujer de la limpieza se le acercó un día a Javier y le dijo que a Teresa le había costado mucho doblar ella sola el colchón tras morir el misionero. “Dice que pensó: ‘madre mía esta mujer con el colchón”. Evidentemente, el colchón del fallecido es lo que más carga viral tiene porque puede contener sangre, fluidos y sudor del contagiado. Leer noticia completa en elplural.com.