El nombre del periodista José Luis Balbín Meana (Pravia, Asturias, 1940) está unido al programa de TVE 'La Clave', la primera tertulia plural que se emitió en España en 1976 y se convirtió en uno de los símbolos de la transición en TVE.
La rebeldía como seña de identidad
La singularidad de Balbín ha sido la rebeldía. Acusado de filosocialista en los últimos tiempos del régimen franquista y la era Suárez, fue acusado de filocomunista radical durante la época del PSOE por el tema de la OTAN y de filoconservador durante su etapa de fundador de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI).
El periodista asegura no tener una clara posición política, “otros tienen más convicciones, yo soy más de constante duda”. Aunque el periodista explica que ha votado en ocasiones a unos o a otros, se muestra muy crítico con la actual actuación de la izquierda.
“Estoy absolutamente en contra de lo que están haciendo el PSOE y los sindicatos, que se están perjudicando a sí mismos. Yo creo que como sigan así, no digo que desaparezcan, pero acaban en horas bajas y a mí no me gustarían. Yo quiero un PSOE. Y también un Partido Comunista. Igual que no me gustó la política del PSOE de Felipe González contra los comunistas de verdad”.
Lo que más sorprendía de la tertulia de ‘La Clave’ era que en ella participaban un auténtico ramillete de figuras políticas de todo tipo de ideologías.
Por ahí pasaron de tertulianos comunistas como Santiago Carrillo, Dolores Ibarruri Pasionaria o el moscovita Enrique Líster. Hasta franquistas como Fernández de la Mora, Jesús Fueyo o Blas Piñar, pasando por socialistas como Alfonso Guerra o incluso anarquistas como Federica Montseny. Y a pesar de aquellas diferencias ideológicas, todos los diálogos se producían en un tono sosegado.
“¿Por qué no se liaban a gritos? No se parece nada lo que era 'La Clave' a lo que son hoy las tertulias o las televisiones. En la historia de 'La Clave' ninguno de los momentos tensos, que hubo muy pocos, se pareció al más leve que pudiera haber ahora. No había insultos, ni gritos, ni dadie le tiraba un chicle en la cabeza a otro. No me interesaba nada”.
“Cuando me dicen ahora "todo el mundo hace tertulias ahora y copian a 'La Clave'", yo digo "jamás". No porque me parezca mejor La Clave, sino porque mi intención no tenía nada que ver con la de los que ahora organizan debates. Se trataba de dar ideas para que los espectadores pudieran tomar su posición. Para que después puedan opinar. Ahora es al revés, empiezan opinando y acaban pegándose”.
Balbín considera que aquel programa fue un éxito porque se hizo en un momento en el que sus responsables querían hacerlo y podían hacerlo: "Ahora no pueden hacerlo ni quieren".
Balbín explica que él no tenía intención de alejarse del medio, pero que aunque se encuentra con mucha gente que le pone por las nubes, luego son reacios a admitirle a su lado.
“Yo tengo un amigo que fue mi director en el colegio mayor, Fernando Suárez, que ha sido de un trato exquisito en su relación personal. Y que lo han denostado por ser supuestamente de la extrema derecha. Fernando Suárez es mucho más de izquierdas en lo social - no en lo franquista, que eso es claro, fue vicepresidente con Franco - en lo social yo siempre lo he considerado muy progresista. Él está empeñado en que yo recupere un papel en televisión. Eso son leyendas. Nadie de un partido va a querer tener a alguien que no sepa que va a estar a su favor”.