Clica a la foto per ampliar
Jose Mourinho, o cómo destrozar la imagen de un club
“Con su tono poco ético comienza a cansar, además a los desconocidos, a sus propios pupilos”
La llegada de Jose Mourinho hace ahora tres temporadas me pareció un haz de luz en la hegemonía instaurada por el Barcelona de Pep Guardiola. Su fichaje por el Real Madrid instauraba una fuerte competencia en el monopolio del fútbol que los azulgrana tenían en su poder.
Desde Barcelona saltaron todas las alarmas. Un viejo conocido llegaba al bando rival, era nombrado jefe de las tropas enemigas y el respeto, que no miedo, se instauró sin duda alguna. Desde la prensa catalana se echó mano de las peores artimañanas guardadas en el búnker del éxito. Todo valía a partir de entonces. ¿Misión? Desprestigiar cualquier síntoma positivo que brotara del conjunto blanco.
Hasta aquí, casi todo cuadra, puede ser hasta lógico. Nadie elogia públicamente a su rival y si hay que hacer algo, en todos los casos, sería menospreciar sus méritos y su imagen buscando desestabilizar.
Sin embargo, en las últimas fechas, a ese fenómeno nacido en la ciudad Condal se les ha unido otro bien distinto, antagónico dentro del fútbol para los barcelonistas. Sí, el entorno del Real Madrid comienza a dejar entrever que Mourinho ya no convence como lo hizo durante sus primeros instantes como técnico blanco. Sus formas, sus discursos, sus contínuas salidas de tono, se quedan en nada si a ello no se le suman títulos importantes.
Jose Mourinho con su tono poco ético comienza a cansar, además a los desconocidos, a sus propios pupilos. En sus tres temporadas ha logrado una Copa del Rey, una Liga BBVA y una Supercopa de España (dos de ellos considerados por muchos títulos menores). Sí, ha devuelto el uso a las vitrinas del Santiago Bernabéu tras años de ausencia. Sin embargo, el madridismo sigue esperando ese título que comienza a adquirir cierto carácter de quimera: la ansiada Décima. Ganar el décimo título europeo para el Real Madrid es el objetivo claro del conjunto blanco desde el año 2002, última vez que ganaron un título continental. Un torneo que, pese a que sí es cierto que se está llegando a las rondas finales, no ha acabado por coronar a los blancos como campeones.
El madridismo piensa que la Décima sigue siendo una fantasía, y ésta es el hazmereir de las aficiones rivales, ya que ven el mismo sueño y deseo de los madridistas temporada tras temporada.
Jose Mourinho llegó al Real Madrid con dos claros objetivos: destronar a Pep Guardiola con su Barcelona y ganar la Décima. El primero de ellos, directa o indirectamente, lo ha conseguido. El Real Madrid dirigido por el técnico portugués ha logrado quitarle tres títulos mano a mano con el que dicen ha sido el mejor Barcelona de la Historia. Algún mérito deberá tener, supongo. Sin embargo, en tres temporadas, tres títulos.
La presente temporada se presentaba muy feliz para Mourinho. Tras la marcha de Guardiola su duelo directo en los banquillos ante el "debutante" Tito Vilanova no le íba a presentar grandes quebraderos de cabeza. Sin embargo, la tortilla se ha dado la vuelta de forma inesperada y no solo eso, sino que se ha salido de la sartén y cae en un vacío infinito. No importa el colectivo. Ya no hay buenos y malos. Todos son malos. No importa que sean de fuera o propios. Todos reciben críticas. Y lo que más molesta a la gente, que lo hace de forma indirecta, sin decir nombres, sin ser directo, sin ser claro, lo que le deja un claro estado de cobardía que a muchos ya no convence. Esteban Gómez. Leer artículo completo en mirondo.met.
* Esteban Gómez es autor del blog “Mi rondo”
Desde Barcelona saltaron todas las alarmas. Un viejo conocido llegaba al bando rival, era nombrado jefe de las tropas enemigas y el respeto, que no miedo, se instauró sin duda alguna. Desde la prensa catalana se echó mano de las peores artimañanas guardadas en el búnker del éxito. Todo valía a partir de entonces. ¿Misión? Desprestigiar cualquier síntoma positivo que brotara del conjunto blanco.
Hasta aquí, casi todo cuadra, puede ser hasta lógico. Nadie elogia públicamente a su rival y si hay que hacer algo, en todos los casos, sería menospreciar sus méritos y su imagen buscando desestabilizar.
Sin embargo, en las últimas fechas, a ese fenómeno nacido en la ciudad Condal se les ha unido otro bien distinto, antagónico dentro del fútbol para los barcelonistas. Sí, el entorno del Real Madrid comienza a dejar entrever que Mourinho ya no convence como lo hizo durante sus primeros instantes como técnico blanco. Sus formas, sus discursos, sus contínuas salidas de tono, se quedan en nada si a ello no se le suman títulos importantes.
Jose Mourinho con su tono poco ético comienza a cansar, además a los desconocidos, a sus propios pupilos. En sus tres temporadas ha logrado una Copa del Rey, una Liga BBVA y una Supercopa de España (dos de ellos considerados por muchos títulos menores). Sí, ha devuelto el uso a las vitrinas del Santiago Bernabéu tras años de ausencia. Sin embargo, el madridismo sigue esperando ese título que comienza a adquirir cierto carácter de quimera: la ansiada Décima. Ganar el décimo título europeo para el Real Madrid es el objetivo claro del conjunto blanco desde el año 2002, última vez que ganaron un título continental. Un torneo que, pese a que sí es cierto que se está llegando a las rondas finales, no ha acabado por coronar a los blancos como campeones.
El madridismo piensa que la Décima sigue siendo una fantasía, y ésta es el hazmereir de las aficiones rivales, ya que ven el mismo sueño y deseo de los madridistas temporada tras temporada.
Jose Mourinho llegó al Real Madrid con dos claros objetivos: destronar a Pep Guardiola con su Barcelona y ganar la Décima. El primero de ellos, directa o indirectamente, lo ha conseguido. El Real Madrid dirigido por el técnico portugués ha logrado quitarle tres títulos mano a mano con el que dicen ha sido el mejor Barcelona de la Historia. Algún mérito deberá tener, supongo. Sin embargo, en tres temporadas, tres títulos.
La presente temporada se presentaba muy feliz para Mourinho. Tras la marcha de Guardiola su duelo directo en los banquillos ante el "debutante" Tito Vilanova no le íba a presentar grandes quebraderos de cabeza. Sin embargo, la tortilla se ha dado la vuelta de forma inesperada y no solo eso, sino que se ha salido de la sartén y cae en un vacío infinito. No importa el colectivo. Ya no hay buenos y malos. Todos son malos. No importa que sean de fuera o propios. Todos reciben críticas. Y lo que más molesta a la gente, que lo hace de forma indirecta, sin decir nombres, sin ser directo, sin ser claro, lo que le deja un claro estado de cobardía que a muchos ya no convence. Esteban Gómez. Leer artículo completo en mirondo.met.
* Esteban Gómez es autor del blog “Mi rondo”
El Sis Doble no corregeix els escrits que rep. La reproducció d'aquest text és literal; fidel a les paraules, redacció , ortografia i sentit de l'autor/s
-
0ComentarisImprimir Enviar a un amic
-
Notícies similars
-
Como José Antonio Aguirre, jugador del Athletic Club y primer lendakari del Gobierno Provisional del País Vasc...
Hi ha 0 comentaris / Llegir més
-
Es difícil reforzar la autoafirmación del aprendiz a futbolista con acciones como estas
Hi ha 0 comentaris / Llegir més
-
Los futuros defensores de Mourinho mantendrán que fue víctima de una conspiración mediática
Hi ha 0 comentaris / Llegir més
