La carta | Rajoy, un experto en meter la pata hasta el cuello
Miércoles, 25 de mayo de 2016 | e6d.es
• No sé de qué nos extrañamos, ya conocíamos al rey del “hilillo de plastilina” diciendo que estaba todo controlado mientras se enroñaba toda Costa da Morte
Parece ser que nuestro presi eternamente en funciones no sabe aquello de que si no quieres que se sepa algo la única forma de conseguirlo es no hacerlo y más todavía cuando hay millones de ojos mirando. Resulta que el que puede que sea el único ser del planeta que todavía envía SMS resulta ser que también cultiva el precioso género epistolar. Eso sí, sin ningún tipo de gracia, no vayamos a hacernos ilusiones. Este señor o es un romántico empedernido o un ser arcaico que no sabe que las cartas pueden ser publicadas. Yo me inclino por lo segundo. No sé, no lo veo entregado al romanticismo deBecquer o la narrativa de Larra. Se me antoja raro, más que nada por su línea de ser un experto en meter la pata hasta el cuello. Esta vez se ha encargado él solito de desbaratar todas sus promesas económicas vísperas de elecciones. Veremos cómo consigue que le creamos ahora. Nos hemos enterado de que el buen hombre mientras nos va diciendo, con su sonrisa de los domingos, que ya hemos a llegado al final de las penurias y recortes y que el vigía gritará en breve desde la cofa que hemos llegado a la tierra de Jauja, con la otra mano envía cartas a su amigo Juncker en las que promete prensarnos un poco más en la almazara poniendo una piedra gorda, de un par de toneladas, así seguro que puede sacarnos algún litro más de jugo. No sé de qué nos extrañamos, ya conocíamos al rey del “hilillo de plastilina” (si todavía me dura, rencoroso que es uno) diciendo que estaba todo controlado mientras se enroñaba toda Costa da Morte. Ahora nos dice que la economía va “como un tiro” cuando hasta su maestro y presidente honorario dice de esta no salimos vivos porque seguimos en caída libre, con un PIB ya endeudado más allá del 100% . No se, no me inspira confianza el asunto. Ni siquiera esto le hará pensar en enviarnos una carta en la que nos diga que como le hemos pillado y se le cae la cara de vergüenza se marcha con la música a otra parte. En lugar de esto prefiere seguir mintiéndonos sin titubeos en busca de almas cándidas a las que arrebatar el voto aferrado a su partido, enfangado en mil y un asuntos judiciales con fianzas incluidas. Aún así sus monosabios intentarán justificar lo evidente ,tomándonos por tontos si hace falta, y no pensarán en apartarlo aunque sea por aparentar un poco de decencia democrática. No deberíamos seguir confiando de este tipo de gente que ya nos ha sacudido repetidamente más que a una estera pero lo peor de todo es el presentimiento de que este no es el único sujeto que nos ofrecería en ofrenda a una U.E. que se hunde en su miseria moral y más todavía después de que en las elecciones austríacas no haya ganado la opción ultraderechista por los pelos, por un margen escaso del voto por correo. No puedo evitar pensar lo que hubiese pasado aquí visto que el voto por correo desde el extranjero suele ser como un triple salto mortal con pirueta y tirabuzón.