Pregunta. Cuenta usted que a la exploradora Mary Kingsley le salvó la vida el refajo.
Respuesta. Y las enaguas. Viajaba por África en el XIX ataviada como una señora europea, lo que sin duda era incómodo e inapropiado, pero tantas capas de ropa le permitieron salir indemne al caer en una trampa con estacas puntiagudas al fondo.
P. No me extraña que la admire, era un hacha en dosificar la quinina como profilaxis de la malaria.
R. Así es, y una persona entrañable y solidaria. Murió de fiebre tifoidea en Sudáfrica cuidando a los soldados heridos en la guerra anglobóer.
P. Reivindica a Stanley por encima de Livingstone.
R. Los ingleses han presentado siempre muy negativamente a Stanley, que les birló dos rescates, el de Livingstone y el de Emin Pachá. Y le han hecho pagar excesivamente su servicio al rey Leopoldo. Pero he encontrado documentación sobre unas cartas inéditas que prueban que criticó la política belga con respecto al Congo. Por su parte Livingstone no era buen explorador y como misionero un desastre: no convertía a nadie. Aunque hay que reconocerle que luchó contra la esclavitud.
P. Stanley, Livingstone, Speke, Burton, Grant, Baker... Todos eran valientes.
R.Tenían que serlo para afrontar aquello, los peligros, las enfermedades. También eran soberbios, poco respetuosos y poco sensibles hacia los africanos.
P. Me encanta que valore a los exploradores que denomina “privados de gloria”.
R. Muchos que hicieron grandes cosas han permanecido en el anonimato. Empezando por los guías y servidores africanos.
P. Esos que mueren los primeros, despeñados o a manos de los gaboni, en los filmes de Tarzán.
R. Y ahí están también Pedro Páez, primero en alcanzar las fuentes del Nilo Azul, o Gessi Pasha, uno de los “tenientes de Gordon”, que circunnavegó el lago Alberto.
P. ¿Qué le ha pasado a África?
R. Trato de responderlo en mi libro. Los grandes reinos se colapsan con la llegada de las armas de fuego, la esclavitud y los blancos. Todo eso causa una gran distorsión. La trata se lleva a gente joven y fuerte, y provoca la huida de poblaciones. Se calcula que la esclavitud supone la pérdida de 30 millones de africanos. Un golpe tremendo, que desestructura las sociedades. Se destruye la dignidad y la identidad. Y luego llega la colonización europea...
P. ¿Hay esperanza para África?
R. Yo la tengo. Hay una generación de jóvenes muy brillantes ahora. Me da rabia que se mantengan los tópicos y se hable más de los tiranos que de ellos, de los ingenieros, abogados y médicos. Es lento y costará, pero los jóvenes van a sacar adelante África. Hoy un país como Ghana crece al 8 % anual.
P. Ha vivido en África 12 años y nunca ha dejado de visitarla, ¿qué es lo más hermoso que ha visto?
R. La gente. Nos demuestran que la vida real no es lo que tenemos nosotros.
P. ¿Y lo más terrible?
R. Las muertes que se podrían evitar. Ver que se puede hacer mucho y la impotencia que provoca no llegar a todo. Pero cuando logras algo es muy gratificante. Leer entrevista completa en elpais.com.