La falta del acceso a saneamiento pone en riesgo la salud de millones de personas

Jueves, 24 de julio de 2014 | e6d.es
• La defecación al aire libre es un problema para 1.100 millones de personas en el mundo, casi un 15% de la población del planeta

El váter, ese anglicismo incorporado incorrectamente al castellano (en inglés se denomina toilet), es un bien tan básico en los países desarrollados que no se valora. Pero más allá de ser una incomodidad, defecar al aire libre es una fuente importante de enfermedades, desde la disentería hasta el cólera, pasando por gusanos intestinales fuente de distintas infecciones.
Según la Organización de la Salud (OMS), la falta de acceso a sanitarios pone en riesgo la salud de miles de millones de personas en el mundo. La solución podría parecer sencilla: si faltan letrinas, que se construyan más. Sin embargo, la cuestión dista de ser algo simple, como lo demuestra el peculiar concurso organizado por la Fundación Bill & Melinda Gates en 2011, que lleva tres años en marcha y ha financiado ya 16 proyectos. Bajo el nombre El desafío de reinventar el váter, la entidad presidida por el fundador de Microsoft y su mujer, persigue animar al desarrollo de soluciones tecnológicas que ofrezcan precisamente sanitarios seguros, sostenibles y baratos a los países que más los necesitan.
Éste es también uno de los objetivos de la ONG Ongawa, Ingeniería para el Desarrollo Humano. Su responsable de Agua y Saneamiento, María del Mar Rivero, explica a ELMUNDO por qué la falta de letrinas supone un problema de tal magnitud para los países en vías de desarrollo y, sobre todo, por qué la solución no es tan fácil. "El problema es grave", subraya Rivero, que coincide en algo que la Fundación Bill & Melinda Gates también recuerda: la reducción del número de personas que no tiene acceso a saneamiento es uno de los Objetivos del Milenio, las metas fijadas por la ONU para 2015 en diversas materias de salud. Con una diferencia frente al resto, a un año de que acabe el plazo ya se sabe que éste no se va a lograr.
Aclaración de conceptos para occidentales no familiarizados con problemas de saneamiento: La disyuntiva va más allá de tener o no letrina. En esto también hay clases y los peor parados son aquellos que, efectivamente, no disponen de retretes ni nada similar para hacer sus necesidades. La defecación al aire libre es un problema para 1.100 millones de personas en el mundo, casi un 15% de la población del planeta.
Pero 2.000 millones de personas que sí hacen sus necesidades en letrinas, no tienen acceso a un saneamiento mejorado. Es decir, las instalaciones donde defecan no aseguran el aislamiento entre las heces y las personas y, con ello, favorecen la transmisión de enfermedades, lo más preocupante desde el punto de vista de salud pública.
Así, la tercera modalidad y la más buscada, más allá de las comodidades a las que acostumbran los países desarrollados, son los saneamientos mejorados, que aíslen los residuos para prevenir la transmisión de enfermedades, sobre todo las diarreicas, segunda causa de muerte en niños.
Explica Rivero que uno de los problemas, precisamente el que pretenden solventar los Gates, es tecnológico. Por ejemplo, las letrinas pueden construirse sobre suelos húmedos que se inunden o en lugares donde no hay acceso al agua. Innovar en soluciones tecnológicas para crear letrinas con menos necesidad de agua es uno de los objetivos del concurso de la entidad estadounidense.
Así, los proyectos financiados por el filántropo informático y su esposa incluyen un retrete desarrollado por la Universidad de Colorado (EEUU) con el aspecto de un misil y capaz de convertir la heces y la orina en carbón biológico -además de estar pensado para su utilización por entre 20 y 30 personas-, otro ideado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) que convierte los desechos humanos en electricidad y otro que utiliza la energía solar para reducir la necesidad de agua.
Sin embargo, como subraya la responsable de Ongawa, nada de esto sirve si no se aborda el problema desde una perspectiva cultural. Algo tan básico como que no utilizar letrinas acondicionadas transmite enfermedades no se entiende bien en muchas culturas. Además, no lo reconocen. Esta ONG ha llevado a cabo estudios en los que se preguntaba a habitantes de zonas rurales africanas si utilizaban las letrinas colocadas en sus pueblos o casas por diferentes organismos internacionales. Y aunque la respuesta era afirmativa, una inspección visual denotaba su falta de uso. El asunto es tabú. Leer noticia completa en elmundo.es.