Uno de cada tres dependientes a los que se les ha reconocido el derecho no recibe ninguna prestación o servicio del sistema de atención a la dependencia. El limbo está en el 33,3% y en las estadísticas oficiales sigue sin reconocerse.
Se necesitarían 16 años para atender al completo la lista de espera con la tendencia que se marca en los datos oficiales del primer trimestre del año.
Según los últimos datos oficiales publicados, en el primer trimestre del 2016 han disminuido el número de prestaciones y servicios en 10.779. Esto ha supuesto el cierre de 1.243 camas de residencia, 466 plazas en centros de acogida y se han reducido en 4.048 las prestaciones vinculadas a servicio. El destrozo en este trimestre en cuanto a empleo, con estos datos puede calcularse en unos 2.500 despidos en el sector. Además se han reducido las prestaciones económicas familiares en 10.506. En este trimestre de 2016 ha aumentado la lista de espera en 15.832 personas que se les ha reconocido el derecho y están a la espera de recibir una prestación o servicio. El ritmo de incremento de atendidos en el primer trimestre no es suficiente para absorber la demanda.
Al ritmo de atención de los primeros meses del año de 2016, se necesitarían 16 años para atender la lista de espera al completo. Teniendo en cuenta que el 54% de las personas en situación de dependencia son mayores de 80 años, muchos de ellos fallecerán sin haber recibido el derecho que se les reconoce. El ministerio reconoce que casi el 20% de los fallecidos en este trimestre se encontraba en el “limbo de la dependencia”.
Estos datos negativos son consecuencia del recorte acumulado del Gobierno Rajoy que asciende a 2.865 millones de euros considerando la supresión del nivel acordado, la reducción del nivel mínimo y la supresión de las cotizaciones de cuidadoras familiares. Y es cruel lo que parece una estrategia desesperada para ofrecer datos “positivos” del Ministerio. Para dar una apariencia de gestión diligente y mostrar las pretendidamente salvíficas mejoras introducidas por nada menos que tres reformas de la Ley, se retuercen los datos hasta conseguir que ya nada sea fiable, comparable o que pueda ser estadísticamente analizado con un mínimo de rigor.
Y mientras el millón doscientos mil dependientes y sus familias sufren las consecuencias de los recortes de manera insoportable, el Gobierno manipulación burda de los datos, desprecia a las personas en situación de dependencia y sus familias, y llega hasta ignorar a los dependientes moderados a los que no incluye en la lista de espera, a pesar de que su reconocimiento de derecho se efectuó en julio de 2015 -después de haberles retrasado el propio gobierno en dos veces la efectividad del derecho-.
Vender esto como un “éxito en la gestión”, además de ser una ficción estadística y una mentira, es de una crueldad insoportable. No se puede desbaratar por la vía de la inanición de recursos el desarrollo de una Ley como esta y luego pretender que se ha hecho más sostenible gracias a la “eliminación” de los derechos de las personas y, lo que es peor aún, manipulando la información hasta lo enfermizo.
El Seis Doble | Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales
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