Es la profesión de moda y la que nos está brindando grandes momentos en este blog. Como sucediera con la figura del webmaster en la primera década de este siglo, hoy no hay empresa que se precie que no tenga community manager. Eso ha generado una auténtica burbuja inflación de cursos para formarse como tal y la consiguiente oleada de autodenominados "expertos en social media", que convierte en ardua la tarea de distinguir el trigo de la paja. La novedad del medio en el que se mueve esta figura -las redes sociales- unido a su (mínimo) componente tecnológico ha propiciado la aparición de un número incontable de 'gurús', que dan lecciones de congreso en congreso, haciendo que a veces se olvide lo esencial: el community manager no es más que una parte dentro de la comunicación de una empresa o institución.
Y, por ello, debe actuar "en línea con la identidad corporativa de la compañía y con los objetivos establecidos en su política de comunicación", tal y como explica David Martínez Pradales, comunicador corporativo y autor del blog y del libro Comunicación y otras chicas del montón. Reflexiones de un comunicador, desde su esquina, frente a la fotocopiadora, sobre Comunicación corporativa, Periodismo y lo que se tercie (sí, todo eso es el título).
Para Adolfo Corujo, experto en reputación online y socio de Llorente y Cuenca, el community "debe ser una persona curiosa, que haya tenido la experiencia previa de vivir en la Red y con sentido del humor".
¿ASPIRANTES AL CLUB DE LA COMEDIA?
El caso de Renfe no es, ni de lejos, un ejemplo aislado. Los communities chistosos van camino de convertirse en legión. Caso paradigmático es el del Twitter de la Policía Nacional, al que cito una vez más aun a riesgo de que me afee que sólo hablo de él "cuando mete la pata" o me pida 'royalties' ;)
"El caso del community de la Policía es un claro ejemplo de éxito en el uso de redes sociales, citado profusamente como tal en el ámbito internacional", afirma Martínez Pradales. "Parte de ese éxito son los diferentes registros linguísticos que utiliza dependiendo de los asuntos a comunicar".
"A veces puede parece excesivo y, sin duda, a veces se puede equivocar [como aquí o aquí] , pero ¿quién no lo hace?. Si ponemos en una balanza sus aciertos y posibles errores, ésta se inclinaría, sin duda, hacia el lado de los aciertos. Y no es nada fácil gestionar un perfil de esas características".
"No pretendo ser gracioso, sino impactar, llamar la atención para concienciar", explica el periodista Carlos Fernández Guerra, responsable de social media y community manager de la Policía.
LA CERCANÍA, UN ACIERTO
"El ser más cercano al usuario es un acierto", opina Manuel Moreno, autor de El gran libro del community manager y responsable de la web TreceBits. "Al usuario le gusta relacionarse con compañías en las que detrás hay gente, que no sólo emiten mensajes corporativos... por eso este tipo de mensajes que aproxima a la marca con el usuario son un acierto".
"Sobre si es apropiado el uso excesivo del lenguaje informal o provocador, depende de si éste se encuentra alineado con la personalidad de la compañía que lo utiliza", explica Martínez Pradales. "Desde luego, si la decisión sobre su uso se apoya únicamente en el logro de un mayor número de seguidores o la búsqueda desesperada de un #TT me parece un error. Si no se aporta más valor que el chiste, poco rendimiento se va a obtener de las redes, a no ser que el perfil sea el del Club de la Comedia".
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