El Jabulani, el balón del Mundial de Sudáfrica 2010, trajo de cabeza a muchos jugadores por sus capacidades «sobrenaturales», ya que parecía tener vida propia y realizaba unos movimientos imprevisibles al margen de las intenciones con las que era golpeado. Esto no ocurrirá con el Brazuca, el balón diseñado por Adidas para la Copa de Brasil, según ingenieros de la NASA que han dejado sus tareas habituales al margen para poner a prueba su aerodinámica. Sus conclusiones son optimistas: El esférico, que el jueves saltó al campo por primera vez en el encuentro entre la selección anfitriona y Croacia, ha mejorado y es mucho más estable. La NASA ha comprobado las cualidades del Brazuca en el Centro de Investigación Ames en Moffett Field, California, un líder mundial en la investigación aerodinámica, con pruebas en un túnel de viento. El Jabulani africano era odiado por los porteros, ya que cuando era pateado con poco o ningún efecto, la pelota viraba, dando a los tiradores más posibilidades de gol. Esto se produce cuando las costuras dirigen la corriente de aire sobre el balón de manera inusual e irregular, haciendo su trayectoria impredecible.
Para evitar esta característica del Jabulani, Adidas ha trabajado con cientos de jugadores en el desarrollo del Brazuca. Un balón de fútbol tradicional tiene 32 paneles, el Jabulani tenía ocho paneles y el Brazuca solo seis. A pesar de ello, su forma aumenta la longitud de la costura, en comparación con los anteriores balones de la Copa Mundial. Las costuras también son más profundas y los paneles están cubiertos con pequeñas protuberancias. Todos estos factores influyen en la aerodinámica de la pelota.
El flujo de aire alrededor de una esfera no es suave; se crea una gran cantidad de resistencia detrás del objeto. Un ejemplo de esto se puede ver en un campo de golf, donde una pelota lisa viaja distancias mucho más cortas que una pelota de golf con hoyuelos. Los hoyuelos en la superficie de la pelota agitan el aire creando una estela de baja presión más pequeña detrás de la pelota y disminuyendo la fricción, por lo que aumenta su distancia. «Los materiales utilizados, la rugosidad de la superficie de la bola y su distribución determinan su aerodinámica», explica Rabi Mehta, jefe del departamento de Aerofísica Experimental en el centro Ames.
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