Creación de tarjetas virtuales tras obtener las numeraciones
Gracias al hackeo de las cuentas, lograban realizar transferencias a cajeros de la entidad donde integrantes de la organización, conocidos como mulas lo retiraban en efectivo. Para ello disponían de la clave generada para la transacción no siendo necesario disponer de la tarjeta bancaria. También desviaban el dinero de sus víctimas a cuentas de miembros de la trama, así como obtenían tarjetas virtuales con tecnología NFC que les permitía realizar compras fraudulentas o retirar dinero en cajeros automáticos. Se han recopilado un total de 29 denuncias de víctimas que habrían sufrido un perjuicio económico que asciende a más de 48.000 euros.
En el registro practicado en el domicilio del principal encartado, los agentes intervinieron numeroso y diverso material informático y de telefonía móvil así como de documentación y tarjetas bancarias todo ello relacionado con los ilícitos investigados. De igual modo se intervino papel moneda falso y útiles para su confección.
En esta operación han sido detenidas un total de diez personas en la localidad de Mataró, de nacionalidad marroquí y española, como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal, estafa y falsificación de moneda.
La mayoría de los detenidos de la segunda operación son menores de edad
El segundo grupo criminal operaba desde distintas localidades de las comarcas del Vallés Oriental y del Maresme y estaba conformado por 15 personas de varias nacionalidades, siendo 12 de ellos menores de edad.
La investigación se inicia a raíz de las denuncias presentadas por las víctimas en el mes de noviembre del pasado año. En ellas se daba cuenta de cargos fraudulentos a titulares de tarjetas de crédito residentes en distintas localidades del territorio nacional, siempre a través del mismo mismo modus operandi delictivo.
Se trata de un grupo definido y con reparto de funciones en que cado uno de ellos tenía encomendado su función; en primer nivel se encontraban los cerebros de la trama encargados de conseguir las numeraciones de tarjetas de crédito mediante phising/carding para posteriormente revender a colaboradores que se encargarían de cometer los fraudes; en un segundo nivel estaban los encargados de realizar compras fraudulentas con las tarjetas clonadas, mayoritariamente productos electrónicos de pequeño tamaño y fácil reventa; y en un tercer nivel las personas que recogían los compras realizadas por Internet y que remitían a puntos de recogida automatizados de empresas de mensajería.
Adoptaban múltiples medidas de seguridad para no ser identificados
A pesar de la juventud de los detenidos y de carecer de antecedentes, cabe resaltar el alto nivel de medias de seguridad que tomaban para eludir la acción policial. Entre otras utilizaban documentos de identidad robados para crear perfiles e identificar los destinatarios de las compras fraudulentas, utilizaban sistemas por control remoto para no dejar rastro de las IP de los terminales que utilizaban, así como accedían a la red Tor para mantener su anonimato.
Los agentes identificaron y arrestaron a 15 personas como presuntos autores de los delitos de estafa, revelación de secretos y pertenencia a grupo criminal. Hasta el momento se han compilado un total de 40 denuncias de afectados, sin poder contabilizar el fraude alcanzado toda vez que, a raíz de la documentación y del volcado de los terminales de telefonía intervenidos, se desprende que puedan nuevos perjudicados en el extranjero. La investigación sigue abierta.