La portería rota que le costó al Real Madrid 115 millones de pesetas y un partido de clausura

Sábado, 16 de agosto de 2014 | e6d.es
• La odisea de Herrerín en vídeo

Estadio Santiago Bernabéu. Uno de abril de 1998. partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones. Real Madrid y Borussia Dortmund buscan el sueño de la final. Son las 20,40 horas de aquel miércoles de tantas ilusiones. Hay ochenta y una mil personas en las gradas. Faltan cinco minutos para comenzar el encuentro. Comienza una tragedia griega con final feliz.
El club español ataba habitualmente los tensores de las redes de las porterías a las vallas metálicas que entonces separaban al público del césped. Era un grave error. Los radicales de los Ultra Sur se suben a las vallas durante media hora. Nadie lo evita. Nadie lo impide. Las vallas se caen y arrastran a la portería del fondo sur, que se parte escandalosamente. Hay que colocar otra. ¿Dónde hay una?. No hay portería de reserva en el estadio.
Los alemanes piden al colegiado, Van der Ende, la suspensión del duelo. Buscan que la UEFA sancione al Madrid con un 0-2 por sus fallos de control, vigilancia, organización y prevención. El árbitro se niega. El Real Madrid busca con urgencia una portería. La tensión es total. Máxima. Hay que encontrarla en la Ciudad Deportiva.
Agustín Herrerín, ayudante del delegado del Real Madrid, Julio Casabella, se encarga de la crisis. Junto al ex guardameta Miguel Ángel cogen una furgoneta y van a la vieja Ciudad Deportiva para encontrar una portería y el modo de transportarla. Ocho Policías Nacionales les acompañan con el fin de abrirles paso cuando vuelvan al Bernabéu... si es que hay portería y transporte.
Allí se encuentran Cándido Gómez y su sobrino, Juan Manuel. Montaban escenarios para una feria en la antigua sede de entrenamientos del club. Tenían un camión del que descargaban sus materiales. Enorme alivio. Ya saben cómo llevarán la portería. ¿Dónde hay una? .«Hay una guardada en esta habitación, pero no tenemos las llaves». Nadie sabe donde están las llaves matarile, rile, rile.
«No podemos esperar. Hay que romper el candado de la puerta con el camión». Cándido se montó y dio marcha atrás en varias ocasiones hasta hacer saltar violentamente el candado.
Entre Agustín Herrerín, Miguel Ángel, Cándido Gómez, su sobrino y los ocho Policías pudieron subir la portería al camión. Hubo que levantarla casi un metro. Tardaron varios minutos. Y luego comenzó el rally de vuelta hasta el estadio. Leer noticia completa en abc.es.
 
 
Conexión vintage (3)

“Conexión vintage” es el rescate de la memoria visual del deporte, gracias al archivo de Televisión Española