Desde 2007, la FVF ha entregado un total de 23.685 bicicletas a niñas y niños de entre 11 y 15 años para evitar el abandono escolar de jóvenes que viven lejos de sus escuelas, así como para reducir la brecha de género en la educación. Gracias a este proyecto, las niñas han ganado en seguridad, salud, integración social y gestión de tiempo.
La falta de transporte público, la inseguridad del camino y la falta de recursos económicos son factores que impiden dar prioridad a la educación, especialmente en el caso de las chicas. Krishnaveni, directora adjunta del Sector Educación y ampliamente conocedora de esta problemática, nos acerca los detalles de este proyecto y de cómo ha ayudado a transformar la vida de miles de jóvenes de la zona. Lograr el 100% de escolarización en secundaria en el distrito de Anantapur y en el resto de zonas de actuación de la FVF es precisamente el objetivo del Sector Educación con motivo del 50 aniversario de la organización en la India.
¿Cuáles son las causas del abandono escolar de las chicas en una zona rural como es el distrito de Anantapur?
Hay varias. Una de las principales es que en muchos pueblos no hay escuelas de secundaria y los estudiantes se ven obligados a caminar varios quilómetros cada día. Un 56% de los jóvenes del distrito vive a una distancia de entre dos y tres kilómetros del colegio más cercano, y un 41% lo hace entre siete y nueve. Eso provoca que pierdan mucho tiempo, entre dos y tres horas al día, y que lleguen tarde tanto a la escuela como a casa. Además, algunas chicas se ven expuestas al acoso sexual en el trayecto, ya que habitualmente los caminos pasan por zonas boscosas o abandonadas y las familias temen por su seguridad. Todo esto, sumado a prácticas discriminatorias todavía existentes como la falta de interés de las familias en la educación de sus hijas, hace que el abandono escolar sea mayor en el caso de las chicas que de los chicos.
¿Por qué no usan el transporte público?
En muchos casos, el transporte público no es funcional y tiene el inconveniente del coste, que muchas familias no pueden o no quieren pagar para que sus hijas vayan a la escuela. Tanto en el caso de los autobuses como de los rickshaw, la sobre ocupación de pasajeros hace que el trayecto sea muy poco confortable e incluso arriesgado para las chicas.
¿Cómo reaccionan las niñas y sus familias cuando se les entrega la bicicleta?
La primera reacción tanto de las niñas como de sus padres es de temor, porque muchas no saben ir en bici y tienen miedo de las caídas. Algunas incluso piensan que las bicicletas son solo para los niños. Yo misma, cuando era pequeña, era la única chica de mi pueblo que iba en bicicleta a buscar agua al pozo. Como al principio no sabía, pasé miedo y sufrí muchas caídas [ríe].
Pero una vez aprendes, todo son ventajas.
Exacto, conforme aprenden, las chicas empiezan a ver los beneficios y la seguridad que les aporta ir en bici a la escuela. Ganan en autoconfianza, independencia y motivación para los estudios. Tienen más tiempo para hacer los deberes y para ayudar en casa, se sienten mejor físicamente y se promueve la integración y la cohesión entre diferentes grupos de estudiantes.
Este es el objetivo final del proyecto: garantizar la igualdad de oportunidades y la continuidad de la educación como mínimo hasta décimo curso, fin de la escuela secundaria.
Y esta es precisamente la meta fijada por el Sector de Educación para el 50 aniversario de la FVF: llegar al 0% de abandono escolar en secundaria. ¿Qué medidas se están impulsando para conseguirlo?
Trabajamos con la idea de que el derecho a la educación es un pilar básico para el desarrollo integral de la sociedad. Después de lograr el 100% de escolarización primaria en el distrito de Anantapur, ahora queremos dar un paso más. Lo primero que hacemos es dar formación y herramientas a los trabajadores y trabajadoras de la Fundación, para que luego puedan trasladarlo al alumnado y sus familias. Tenemos reuniones con los profesores de las escuelas del gobierno y alumnos, porque necesitamos su colaboración, y con los Comités de Gestión Escolar de cada centro. La idea es disponer de una red de apoyo para detectar rápidamente los casos de abandono, conocer los motivos y actuar de forma efectiva para que ese niño o niña vuelva a la escuela antes que sea demasiado tarde.
¿Es difícil convencer a las familias de que sus hijos, y en concreto sus hijas, deben seguir estudiando?
Sí, a veces resulta complicado. Muchos alumnos se ven empujados a dejar la escuela por los problemas económicos de sus padres, que quieren que se pongan a trabajar cuanto antes. Además, se están dando muchos casos de migraciones en busca de empleo, sobre todo en las zonas fronterizas con el estado de Karnataka, debido a la sequía crónica que vivimos en la zona. Nosotros les mostramos casos de éxito gracias a la educación, buscamos la motivación de los estudiantes a través de sus profesores y hablamos con las personas mayores de los pueblos, cuya opinión es escuchada por muchas familias. La concienciación es clave, así como dar a las familias la información y consejos para poder acceder a las ayudas públicas. Trabajamos con una convicción clara: La educación es más poderosa que el dinero porque es permanente.
Oriol Petit | Fundación Vicente Ferrer
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