• El presidente del Gobierno desafió a los tribunales asegurando que nadie podría probar que el responsable de las finanzas del partido "no es inocente"
"¿Qué habría pasado si el PP tuviera cuentas en Suiza? ¿A que yo habría tenido que dimitir?". Estas palabras de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, pronunciadas el pasado mes de noviembre aludiendo a los fondos de la familia del ex president Pujol en el país centroeuropeo y a una presunta financiación ilegal subyacente de CiU, resonaban ayer como un trueno en la sede central del PP. Luis Bárcenas, ex tesorero general del PP y responsable de las finanzas del partido durante 28 años, llegó a acumular 22 millones de euros en una cuenta en Suiza que fueron transferidos y diseminados por otras entidades cuando el también ex senador fue imputado en la trama Gürtel por el juez Baltasar Garzón, en febrero de 2009. El nuevo dato que la Audiencia Nacional maneja sobre la trama Gürtel ha encendido todas las alarmas en el PP, cuya cúpula -desde Mariano Rajoy y Cospedal hasta Rita Barberá pasando por Javier Arenas, Esperanza Aguirre o Ana Mato- se cansó de defender por activa y por pasiva la inocencia de su ex tesorero. Ahora, sin embargo, el PP prefiere tomar toda la distancia posible de Bárcenas, asegurando con la misma insistencia con que antes lo defendía que "ya no pertenece al PP" y que no había conocimiento alguno de las citadas cuentas. Pero los problemas del partido con esta nueva línea de investigación del juez Pablo Ruz reabren el peor de los escenarios para Mariano Rajoy, su partido y el Gobierno al que sustenta: la sombra de la financiación ilegal del PP, una circunstancia que sigue siendo investigada en los tribunales y que cobra ahora especial virulencia con tanto dinero escondido en Suiza a nombre de quien ha controlado los fondos del partido durante tres décadas. La defensa que Mariano Rajoy y la cúpula del PP hicieron de Luis Bárcenas desde que Garzón lo involucró en la trama Gürtel llegó a sorprender incluso a algunos de los responsables medios del partido, que en privado manifestaban su preocupación por esa posición enrocada del hoy presidente del Gobierno y sus personas de máxima confianza con respecto a las acusaciones que empezaban a aflorar sobre Bárcenas. Ya a la primera acusación de Garzón sobre el tesorero, el PP reaccionó con una querella por prevaricación contra el juez, hoy inhabilitado. Fue sólo el comienzo. El propio presidente del PP y entonces líder de la oposición se implicó personalmente en la defensa de su tesorero (a quien nombró él mismo en 2008 tras la salida de Álvaro Lapuerta). Rajoy parecía no tener dudas sobre la inocencia de Bárcenas y en abril de 2009 declaraba: "Nadie podrá probar que Bárcenas y [Gerardo] Galeote no son inocentes". Este último fue involucrado también por Garzón en la Gürtel, aunque resultó exculpado en 2011 por el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Antonio Pedreira por falta de indicios. A las continuas preguntas a las que el presidente del PP se enfrentaba sobre el tesorero de su partido desde que fuera relacionado con Francisco Correa, Rajoy respondía con ironía ("el futuro del señor Bárcenas está como el de todos", vaya a saber usted dónde está el futuro del señor Bárcenas", sostuvo con sarcasmo en julio de 2009). Mientras tanto, su número dos lo defendía en las ruedas de prensa de los lunes en la sede central del PP. El propio Luis Bárcenas agradecía en una entrevista a ABC el mismo mes de julio los apoyos de la dirección del partido. Sostenía que estaba de acuerdo con Rajoy en que no era "el momento" de su dimisión y agradecía al líder del PP su "confianza" en él. "Siempre ha estado a mi lado", subrayó entonces. Con todo, el partido empezaba ya a revolverse contra la defensa cerrada de Bárcenas desplegada por su cúpula y estos movimientos empezaban a filtrarse a la calle: ¿Estaba Rajoy entregado a esa batalla porque el tesorero tenía demasiada información sobre las cuentas del partido tras 30 años manejándolas en primera persona? El presidente del PP contestó a esta hispóstesis: "Bárcenas no me ha chantajeado. Si he demostrado algo en mi vida política es que no me muevo por chantajes". Hoy, sin embargo, y a la vista de los nuevos datos, el argumento del conocimiento que Bárcenas tiene de las cuentas del partido cobra más fuerza aún y ha instalado todas las dudas y precauciones en la calle Génova, cuyos responsables trabajan, desde ayer mismo, en una estrategia con la que espantar al fantasma de la financiación ilegal. La autora de esta noticia es Ana Pardo de Vera. Leerla completa y ver hilo de debate en publico.es.