• Margarita Salas, Soledad Puértolas, Inés Fernández-Ordóñez y Carme Riera, frente al futuro de la institución
La Academia y los hombres. Las mujeres y la Academia. Los académicos y la Academia. Pero, sobre todo y por encima de todo, la Academia. La Real Academia Española. La misma institución que, desde hace 300 años, vertebra los latidos de una lengua que hermana pueblos y culturas, personas y sentimientos. Bajo esta premisa se reunieron en la Casa de ABC las académicas Margarita Salas, Inés Fernández-Ordóñez, Soledad Puértolas y Carme Riera, en una charla que transcurrió bajo la atenta mirada del director de ABC, Bieito Rubido.
Si nos atenemos a las cifras, siempre objetivas, Aurora Egido es la novena mujer que ingresa en la Academia en 300 años. Lo hizo el pasado domingo, con un discurso sobre Baltasar Gracián. En los últimos 40 años, se han incorporado 80 académicos y, de ellos, solo nueve eran mujeres (la primera, Carmen Conde, ingresó en 1979). Lejos quedan los tiempos en los que se rechazó a Gertrudis de Avellaneda por ser mujer o cuando Emilia Pardo Bazán tuvo que escuchar que «la severidad académica cuadra mal en boca que habla de trajes y modistas».
Aún somos pocas Pero, ¿refleja la Academia la sociedad del siglo XXI? Según Margarita Salas, la decana de las académicas presentes en la Casa de ABC, «no es cuestión de hablar de mujeres, pero aún somos pocas y la Academia no está con el siglo XXI, pero es verdad que el siglo XXI tampoco está con las mujeres». La prestigiosa investigadora, elegida académica en diciembre de 2001, reconoce que «en investigación estamos más a la par». De hecho, como puntualiza la escritora y catedrática de Literatura Española Carme Riera, elegida en abril de 2012, «en la Universidad somos entre un 13 y un 15% de mujeres». Mujeres que, al menos en la generación de Salas (nacida en 1938), tenían que aguantar la pretendida superioridad intelectual de los hombres, pues «no era normal que un chico reconociera que una mujer era más lista».
«¡Ahora no!», exclama con vehemencia la escritora Soledad Puértolas, que ingresó en la Academia en 2010. «No está en la calle la idea de que las mujeres son inferiores intelectualmente», remata. Es cierto que, muchas veces, eran ellas quienes se ponían sus propias barreras, sin tiempo para la «famosa conciliación». Una conciliación «un poco falsa», a juicio de Carme Riera, Y es que, según Soledad Puértolas, asistimos a «un momento de transición» y está claro que «la sociedad va por delante de ciertos estamentos». En eso de ir por delante, los jóvenes tienen la clave, aunque es cierto que, como explica Riera, «el problema es que no tienen noción histórica». Tanto es así que, en cierta ocasión, la filóloga Inés Fernández-Ordóñez, académica desde 2008, preguntó a sus alumnos qué era la Guerra de Independencia y la clase enmudeció. Inés Martín. Leer noticia completa y ver hilo de debate en abc.es.