Liga de fútbol sala del Colegio Maravillas: deporte que divierte y educa

Sábado, 4 de noviembre de 2017 | e6d.es
• “Nuestros objetivos fundamentales son pasar buenos ratos y aprender con el deporte”


El próximo 6 de noviembre dará comienzo una nueva edición de un torneo muy especial para mí: la liga de fútbol sala del Colegio Maravillas (Benalmádena, Málaga), donde yo trabajo como profesor. He decidido compartir este escrito por si a otros compañeros docentes les puede venir bien para sus respectivos centros, o por si puede interesar a los dirigentes de las federaciones.
Nuestros objetivos fundamentales son pasar buenos ratos y aprender con el deporte, tratando de experimentar la riqueza de los valores que, en mi opinión, deben ser la base de cualquier competición deportiva, sobre todo de las protagonizadas por menores.
En la liga participan todos los alumnos (chicos y chicas, que, aunque menos, también las hay) de Secundaria y Bachillerato que lo desean. Los propios alumnos (de algún equipo al que no corresponda jugar) ejercen como árbitros; bueno, menos en los partidos que yo mismo dirijo.
Dado que los encuentros son en los recreos, siempre gozamos de un gran ambiente. Eso sí, para que este sea realmente bonito, no pueden tener cabida las faltas de respeto y se deben mantener limpias las instalaciones. Este buen comportamiento debe ser mostrado también en el terreno de juego por parte de todos los protagonistas. Ellos, en el campo y en las gradas, saben que, si no se cumplen todas estas condiciones, el partido y la propia liga pueden suspenderse. Si no hay educación, el deporte no ayuda al crecimiento de los chavales.
Este curso insistiremos especialmente en un valor fundamental: la honestidad. Hemos hablado (y seguiremos haciéndolo) mucho en las clases sobre la importancia de ayudar al árbitro para que este tome la decisión más justa. De hecho, en nuestro reglamento (que premia notablemente la deportividad) se insta al árbitro a parar el juego cuando lo considere necesario para preguntar a los jugadores qué ha pasado (por ejemplo, si ha habido penalti o no), y también se invita a que los jugadores por sí solos faciliten la labor del árbitro por amor a la verdad y a la justicia, y por respeto a la propia dignidad y a la del resto de personas que participan en el juego. Ellos ya han vivido situaciones en el colegio en las que han saboreado la alegría de proceder según estas pautas y luego hemos compartido en las aulas el valor de estas experiencias.
Esto, por desgracia, no es lo habitual, pero debería serlo. Las ligas disputadas por menores deberían, en mi humilde opinión, regirse siempre por los grandes principios éticos, esos que queremos para la educación de nuestros hijos. El primer objetivo de todos los clubes y competiciones de base no ha de ser otro que ayudar a formar grandes personas. Es nuestro deber ayudar a los jóvenes a saber y sentir que no vale todo con tal de ganar: es más, que ganar es mucho más que marcar más goles que el rival. Ganar es crecer como deportistas y como seres humanos.
Deporte para divertirse y para enamorarse de los valores: he aquí la razón de ser de la liga de fútbol sala del Colegio Maravillas. Qué suerte para mí el poder participar.
Ángel Andrés Jiménez Bonillo
Exárbitro  y colaborador de Clan de Fútbol