Los refugiados sirios en Líbano viven presas del miedo y la incertidumbre

Lunes, 10 de septiembre de 2012 | e6d.es
• Los sentimientos de impotencia y alienación entre los refugiados son generalizados
En los últimos meses, Líbano ha acogido a decenas de miles de refugiados que huyen del conflicto en la vecina Siria. Muchos viven en condiciones de hacinamiento, no tienen acceso a atención médica, padecen trastornos psicológicos y temen por su seguridad.
Así se desprende de un informe elaborado por Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre la situación de estas personas. La organización médico-humanitaria internacional trabaja en Líbano y otros países fronterizos con Siria, donde presta asistencia a las personas que huyen del conflicto en ese país y otras zonas de la región.
El informe, titulado ‘Fleeing the violence in Syria: Syrian refugees in Lebanon’, (Huyendo de la violencia en Siria: refugiados sirios en Líbano) explica con detalle las condiciones de vida y de salud de estos refugiados, así como los problemas a los que se enfrentan para acceder a vivienda, alimentos, agua, saneamiento, atención sanitaria y seguridad. La mayoría de los refugiados se concentran en regiones de Líbano en una situación socioeconómica ya de por sí deteriorada, con lo que su llegada supone una carga adicional para las comunidades de acogida, que se encuentran al límite de sus recursos. Ya se están detectando importantes carencias en el acceso de los refugiados a la atención médica, especialmente a nivel de atención hospitalaria y de tratamiento de enfermedades crónicas.
De los 5.000 refugiados entrevistados por MSF, tres cuartas partes abandonaron Siria por motivos directamente relacionados con el conflicto y un 40% ha perdido a miembros de su familia a causa del mismo. La mayoría de ellos afirman no haber encontrado la seguridad que buscaba. La situación en Líbano se ha visto desestabilizada por la crisis siria, como evidencian los reciente disturbios producidos en Trípoli, la segunda ciudad del país.
 
Muchos pierden la esperanza
Los sentimientos de impotencia y alienación entre los refugiados son generalizados. Nueve de cada 10 de las personas entrevistadas por MSF ven su futuro muy precario y no saben si podrán regresar a casa.
“Se está poniendo a prueba la resistencia de los refugiados”, explica Fabio Forgione, coordinador general de MSF en Líbano. “Cuando llegan, la mayoría todavía están intentando afrontar las consecuencias de la violencia y la pérdida, cuando se topan con la realidad de no poder regresar a sus casas. Muchos pierden toda esperanza”.   
Son cada vez más los sirios que cruzan a Líbano y sus condiciones de vida se van deteriorando. “Hay serios problemas de hacinamiento en Wadi Khaled, en el norte de Líbano, y en Aarsal, en el valle de la Bekaa, mientras que en Trípoli los alquileres están fuera del alcance de los refugiados,” añade Forgione.
La mayoría de los refugiados sirios en Líbano dependen de la ayuda humanitaria. Por ahora, el apoyo de las comunidades de acogida, el gobierno y las organizaciones humanitarias ha evitado que se produjera una mayor crisis sanitaria. La población local libanesa ha hecho grandes esfuerzos para integrar y ayudar a los refugiados, pero está llegando al límite de sus posibilidades y de sus recursos económicos. Ante la perspectiva de una menor asistencia y sin una planificación a largo plazo al respecto, MSF advierte que la salud de los refugiados podría verse amenazada, y pide un apoyo continuado para los refugiados sirios y las comunidades de acogida.

 
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