Las destituciones de los entrenadores forman parte intrínseca del mundo del fútbol. Siempre se ha dicho que “es más fácil cargarse a uno que a once”. Cada caso tiene sus particularidades, pero al abandonar un técnico la disciplina de un club es habitual ver más caras largas que otra cosa.
Este pasado lunes le tocó a Michel. El presidente del Sevilla FC dijo ‘basta’ y el entrenador madrileño dejó de ejercer sus funciones técnicas, en principio, porque “los 22 puntos conseguidos suponen el peor registro del club tras la primera vuelta desde la temporada 2002-2003”. No vamos a entrar en qué parte de culpa tienen los jugadores, porque no es el motivo de esta entrada.
Michel asumió la decisión con elegancia, educación y comportamiento propios de un señor. Todo un ejemplo, toda una manera de ser que hace que los que queremos un fútbol mejor volvamos a creer que este deporte vale la pena.
Michel se despidió de la afición del Sevilla FC a través de una carta abierta que ha publicado la web del conjunto hispalense y que reproduzco íntegramente debajo de estas líneas. Ahí queda eso. Michel, eres un señor…
Ramón Alfil
* Fui Agente de Jugadores licenciado por la RFEF durante 11 años. Sentí vergüenza muchas veces por ejercer esta profesión y le pedí a la federación que retirara mi licencia. Hoy, soy feliz, vuelvo a disfrutar de este gran deporte. Ramón Alfil.
Carta de Michel
Hace poco más de un año vine a Sevilla con la ilusión de un niño. Ahora que me voy, veo toda esa ilusión multiplicada y convertida en sentimiento, ese que nos llevamos todos los que tenemos la oportunidad de trabajar en este club y vivir en esta maravillosa ciudad.
Tras mi periodo como entrenador del Sevilla FC no tengo más que palabras de agradecimiento para todos aquéllos que han colaborado conmigo durante este tiempo y algo más importante: a los que me han contagiado este sentimiento de compromiso por este escudo.
Presidente, Consejeros, Dirección deportiva, mis jugadores y colaboradores directos, empleados y aficionados de este club… mi gratitud para todos.
Disfrutar de la pasión con la que vive esta afición, escuchar y sentir el himno del Centenario y ser uno más de vosotros; no tiene precio. Somos un club grande y los que venimos de paso lo apreciamos, será imposible olvidarlo. Por eso estaremos aquí para siempre.
Recibido el cariño y con el poso de amargura que dejan los resultados —los únicos jueces válidos— mi pena se mezcla con la alegría por la experiencia de haber compartido este tiempo con vosotros.
Por todo esto y por todo lo que me llevo conmigo para siempre.
Muchas gracias. VAMOS MI SEVILLA ¡¡¡¡ VAMOS CAMPEÓN ¡¡¡
Míchel, en 'El Larguero'
"Me fastidia irme sin dejar al Sevilla donde se merece"