• La leche derramada de Hércules formaría la Vía Láctea, o camino de estrellas que conduce al Olimpo
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos. El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayor parte de los cuadros ejecutados a partir de los bocetos, entre ellos los catorce realizados por el propio Rubens o por su taller (los demás cuadros fueron pintados por otros artistas). Nacido de los amores de Júpiter y la ninfa Alcmena, Hércules fue colocado por su padre en el pecho de su esposa Juno mientras ella dormía, para que su alimento le hiciera inmortal. La vehemencia del niño despertó a Juno que, ofendida, lo apartó bruscamente. La leche derramada formaría la Vía Láctea, o camino de estrellas que conduce al Olimpo. Cuadro comentado por Octavio Paz.