Ángel García, coordinador del rescate de Julen: “Hicimos en 12 días lo que, en condiciones normales, habría costado 5 o 6 meses”
“Había un niño a 71 metros en un pozo de 25 centímetros de diámetro. Y no se le veía”
Trece días estuvo España pendiente del rescate del pequeño Julen, en el municipio malagueño de Totalán. Fueron jornadas de intenso trabajo ininterrumpido y supuso una obra de ingeniería civil humanitaria sin precedentes. Por la complejidad del terreno y de las labores de salvamento, resultó una operación “inédita en todo el mundo”. Así la ha definido Ángel García, ingeniero de Caminos y coordinador del rescate, que ha impartido hoy una conferencia en la Universitat Politècnica de València, donde ha expuesto los pormenores de aquella delicada intervención.
“Al día siguiente del suceso, recibimos la llamada de socorro de las autoridades, que estaban viviendo una situación dificilísima. En Málaga, contamos con un grupo de WhatsApp que incluye a 200 del total de 700 ingenieros de Caminos que tiene la provincia censados. Escribí un mensaje: “El que entienda de esto, que venga”. ¡Cómo si alguien pudiese entender de algo así! A la media hora, nos presentamos en el pozo 14 compañeros. El equipo quedó finalmente integrado por 8 ingenieros”.
Los muchos condicionantes de una operación extremadamente compleja
“Tuvimos muchísimos condicionantes que hicieron que la operación fuera aún más compleja. Empezando por la orografía del terreno, que era muy abrupta. Luego, los terribles accesos hasta el pozo. También, las peculiaridades geológicas y geotécnicas de la zona resultaron un inconveniente, ya que nos encontramos unos materiales muy variados, pero siempre de una gran o extrema dureza”, ha precisado.
“Había un niño a 71 metros en un pozo de 25 centímetros de diámetro. Y no se le veía”, ha continuado García. “Trabajamos, pues, a ciegas, pero siempre con la hipótesis de que estaba con vida, por lo que todos los procedimientos constructivos debían asegurar la integridad física del niño. Debía preservarse la inestabilidad del tapón de tierra y evitar que descendiera aún más, hasta la cota final de 114 metros. Teníamos que emplear soluciones técnicas con fiabilidad contrastada en ingeniería civil.”
Soluciones que pueden servir para atajar un problema similar
El responsable del rescate ha hablado del equipo humano. “Todos teníamos experiencia. Acumulábamos muchos años de profesión. Pero ninguno estaba preparado para un trabajo así. ¿Cómo te enfrentas a esto? Echas mano de tus conocimientos, de tu formación, de tus años de práctica y todo lo demás deja de importar. Todas las propias disquisiciones de si estoy o no preparado para esto desaparecen. Y te centras única y exclusivamente en el problema en el que estás trabajando y en que un montón de personas se están dejando la piel”.
Finalmente, García ha concluido sobre lo ocurrido en Totalán: “Nunca nos habíamos encontrado en una situación como esa y espero no volver a hacerlo. Construimos en 12 días lo que, en condiciones normales, habría costado 5 o 6 meses. Pero hay que aceptar que puede volver a ocurrir, porque las catástrofes existen. Así que, si nuestra manera de proceder o las técnicas que empleamos sirven en el futuro para atajar un problema de similares características, pues… bienvenido”.
Un accidente que movilizó a todo un país
Por su parte, Mauricio Delgado, el ingeniero de Caminos de la UPV que participó en el rescate, ha aclarado que, a raíz del suceso, la Junta de Andalucía está tomando medidas en la localización de pozos que no estén sellados. “El accidente ha sensibilizado lo suficiente a la opinión pública como para que, además, cada propietario de terreno, de manera particular, tome ese tipo de decisiones.”
Delgado ha puesto en valor el tiempo récord en que se llevó a cabo la construcción. “Se explica por la colaboración de todas las autoridades. Tuvimos llamadas del Ministerio, Consejerías, empresas privadas, particulares… Nadie preguntó cuánto costaba. Fue un país entero volcado en salvar a un niño. Y trabajamos en unas circunstancias únicas, en una carpa de tela improvisada, con mucho frío, sin wifi, con los bomberos, los mineros de Asturias y la Guardia Civil asomándose cada poco para ver qué habíamos decidido. Y las soluciones que adoptamos allí los ingenieros las tomamos de forma colegiada. Y eso es muy importante”.
Como cierre, Delgado ha ofrecido un consejo a los alumnos de primero. “En una situación así, hay que usar el sentido común y aplicar los conocimientos que se aprenden en la Escuela. Esa capacidad que te enseñan en el aula para resolver problemas complejos con pocos medios es lo que te permite enfrentarte a sucesos como este. De aquí, saldréis formados. En algún momento, vuestra ignorancia os bloqueará, pero descubriréis que es solo una percepción y que sois los menos ignorantes de la sala y los más aptos para emitir un juicio técnico.”
Con esta conferencia, se han clausurado los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universitat Politècnica de València.
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