El dirigente de Convergència (CDC) Oriol Pujol abandona todos sus cargos tras 16 meses imputado por soborno y tráfico de influencias por su presunta implicación en el caso ITV de presunta corrupción en la adjudicación de estaciones de inspecciones de vehículos. Tras su primera imputación, Pujol dio un paso atrás, cediendo temporalmente la secretaría general de Convergència y abandonando la presidencia del grupo de CiU en el Parlament. El hasta ahora diputado raso dio ayer un paso más, anunciando, a través de un comunicado, que renuncia a su escaño y cede definitivamente su puesto en la dirección de CiU. Apartado del foco político, Pujol considera que su paso atrás ha funcionado, pero cree que debe dimitir para no perjudicar el proceso soberanista ni las opciones de CiU en las municipales. “Renuncio al acta de diputado para que también desde esta institución se haga el máximo esfuerzo y toda la energía se concentre en que el proceso salga bien”, apuntó Pujol. En este contexto, la delegación temporal de funciones con la que trabajaba CDC es poco viable, según el nacionalista: “La provisionalidad en la que estamos instalados, pese a haber sido una buena solución temporal, no será bastante fuerte para dar respuesta a los próximos y decisivos meses”. La dirección de Convergència se reunió anoche de urgencia para buscar una solución que llene el vacío de poder que deje Pujol sin tener que hacer un congreso extraordinario, tal como obligan los estatutos. Los dirigentes que han asumido las funciones de Pujol, Lluís Corominas y Josep Rull, explicaron que se buscará una solución que pase por modificar la estructura de la cúpula del partido para que el liderazgo no lo asuma una sola persona. CDC concretará los próximos días quién asumirá el rol de Pujol, una lista en la que están los actuales secretarios generales en funciones y Jordi Turull, que lo sustituyó como líder parlamentario..
El partido agradeció el gesto a Pujol y también relacionó su dimisión con la voluntad de no perjudicar el papel de CiU en el proceso soberanista. “En un momento absolutamente trascendente necesitamos que el partido esté en las mejores condiciones. Necesitamos una dirección con toda la estabilidad”, enfatizó Rull. Pujol se reunió con él, Corominas, Turull, y el consejero Francesc Homs para comunicarles la decisión. Artur Mas, presidente de la Genealitat y líder de CDC, gestionará su sustitución. Pujol y Convergència confiaban en que la situación se solucionara en poco tiempo, pero el proceso se alarga y las acusaciones se van agravando. En este contexto, el partido considera que la situación no podía alargarse.
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