Más allá de números, títulos y reconocimientos, el mayor logró de Diego Pablo Simeone desde que es entrenador del Atlético de Madrid ha sido el hecho de recuperar el carácter ganador que la faltaba a un equipo con demasiada tendencia al victimismo. Esfuerzo y compromiso, dos principios innegociables en los esquemas del argentino, han logrado calar en el seno de cualquier aficionado al fútbol, que ve en su figura un modelo de actitud con el que afrontar los obstáculos que la vida coloca. A casi nadie se le escapa el valor de competir frente a dos transatlánticos económicos como Real Madrid y Barcelona, sin excusas ni reproches. Las cifras están ahí y los resultados también, a la vista de cualquiera que ose poner en duda la capacidad del ‘Cholo’. ¿Del ‘Cholo’? Sí, aunque a todos les suene familiar su apodo, no son pocos los que ignoran su procedencia.
El pasado mes de octubre murió Carmelo ‘Cholo’ Simeone, el verdadero Cholo, que defendió los colores de Boca Juniors con la misma garra que el míster colchonero ofrece cada fin de semana a los pies del banquillo. El jugador que recibe el apodo de su madre, dejó este mundo a los 80 años y rodeado de la gente que le vió crecer, pues seguía viviendo en el humilde barrio de Ciudadela, en Buenos Aires. Con su adiós se apagó la gloriosa llama del club de la Ribera que salió campeón en 1962, 1964 y 1965, en una de las épocas más brillantes de los «xeneizes». Lateral derecho, correoso, duro, de aquellos que no se arrugan ante el veloz extremo de turno. Dicen quienes le vieron vestido de corto que siempre se cumplía una máxima: «Si Carmelo no juega, Boca no gana». El autor de este texto es Aitor Santos. Leer noticia completa y ver hilo de debate en
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