Por qué ningún médico de MSF se ha contagiado en 19 años luchando contra el ébola en África
Médicos Sin Fronteras ha trabajado en 14 brotes desde 1995 y gracias a esos recursos ha prevenido sus contagios
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras trabaja en los tres países más afectados por el virus del ébola, Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona. Su personal lleva combatiendo la enfermedad desde 1995, en 14 brotes distintos del virus, sin registrar ningún infectado entre sus miembros. Según la ONG, aunque existen riesgos innegables, no se trata de una hazaña imposible, sino que se puede conseguir con protocolos y materiales de prevención adecuados.
Organizaciones como MSF tratan de ayudar a los equipos locales sanitarios en su propia protección. Pero la magnitud de la pobreza y la escasez de recursos hace que se necesite mucho más. En el actual brote, cerca de 160 personas de los equipos sanitarios han contraído la enfermedad y más de 80 han fallecido, según la Organización Mundial de la Salud. Frente a las primeras infecciones y los discursos más pesimistas, desde Médicos Sin Fronteras señalan que los contagios no son inevitables. Sin infravalorar la gravedad de la enfermedad –cuyo índice de mortalidad, que oscila entre el 25 y el 90%–, tras 19 años combatiendo la enfermedad sin registrar ningún afectado, desde la ONG afirman que los recursos con los que cuentan los países son insufientes. También la ayuda internacional.
MSF tiene a más de mil personas trabajando en las zonas más afectadas por este brote de ébola; la mayoría de esas personas son nacionales de los países donde se opera, como es habitual en muchas organizaciones de cooperación. Se trata de equipos especializados que actúan una vez ya se ha detectado un foco de infección, y con unos protocolos estrictos de actuación. Todo ello, según una portavoz de Médicos Sin Fronteras, minimiza los riesgos de contagio. "Cuando entramos en contacto con los pacientes no tenemos ninguna parte de nuestro cuerpo expuesto", cuenta Julia García-Gozalbes, médica que compagina su trabajo en un hospital sevillano con su colaboración en Médicos Sin Fronteras. Un traje aislante, dos guantes, una mascarilla de alta protección, botas de agua y una capucha aíslan al personal sanitario de la organización. Leer noticia completa en eldiario.es.
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