¿Quién esperaba algo de una cumbre por el clima en la que los países más contaminantes no participan?
"Mientras los tontos útiles pagamos por un consumo sostenible, alguien, los de siempre, están llenándose los bolsillos"
Finalizó la Cumbre Mundial del Clima, COP25 que bajo el lema Tiempo para cambiar ha reunido a representantes de casi doscientos países, además de diferentes grupos de interés, asociaciones, periodistas, empresas, organizaciones, curiosos... Aproximadamente, unas 20 000 personas se han dado cita en Madrid. Durante estas casi dos semanas, los únicos acuerdos alcanzados han sido los hoteles, restaurantes de lujo y servicios de prostitutas repletos. Por supuesto, el despilfarro ha sido enorme. Lo importante es la imagen, por encima de la conservación del planeta. Interesante forma de cuidar el medio ambiente.
La Cumbre ha sido un éxito organizativamente hablando... y un fracaso en cuanto a los acuerdos. Como era de esperar no se ha llegado a ningún pacto importante. Todo gestos de cara a posibles electores o clientes, pero ningún avance. ¿Quién esperaba algo de una cumbre por el clima en la que los países más contaminantes —China, Estados Unidos, India...— no participan? Es evidente que las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero son sinónimo de crecimiento económico, y los países no están dispuestos a sacrificar ni un ápice su economía por el medio ambiente. Por tanto, todas estas cumbres son una farsa. De nada vale que reciclemos las botellas de cristal en España si países como China, Estados Unidos o la India con casi 3 000 millones de habitantes y responsables de la mayor parte de la contaminación mundial siguen tirando al mar toneladas de plástico. Esto debe ser un movimiento global. No valen las medias tintas. No sirven para nada los deberíamos. O es sí, o es no. Lo demás es pura charlatanería.
Es evidente que las únicas conclusiones de esta cumbre han sido aumentar los impuestos a los ciudadanos, es decir, a usted y a mí, con la justificación de que quien contamina, paga. Pero es una falacia más de las elites. Mientras los tontos útiles pagamos por un consumo sostenible, alguien, los de siempre, están llenándose los bolsillos. No creo que haya aún algún iluso que crea que todas estas cumbres sirven para algo. Estamos dominados por el capitalismo atroz. Y en aras de ese dios sacrificamos lo que sea oportuno. En este caso, algo tan insignificante cómo nuestro planeta. Hoy, todas las empresas y los famosos, presumen de su compromiso con el medio ambiente. Es lo que exige el manual de la buena imagen, pero a la hora de la verdad, todo ha quedado en mero postureo. Es la paradoja de los coches eléctricos. Hay quien todavía cree que son más ecológicos que los coches de motor de combustión. ¿De dónde creen que se obtiene la electricidad? ¿Del sol? ¿Del aire? ¿No será de los combustibles fósiles, esos tan denostados? Pero eso sí. Quién tiene un coche eléctrico presume de compromiso.
* Diego Gafo es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Diego Gafo es autor del blog "Las cosas de DIEGVS".
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