• “A mí, la homeostasis que no me lo toque ni Dios…”
Mi único deseo para el próximo 2013 es que el Gobierno no meta mano en mi hipotálamo. Por nada del mundo quisiera perder la posibilidad de disfrutar plenamente de mi equilibrio interno, y quien dice equilibrio interno dice homeostasis, y, a mí, la homeostasis que no me lo toque ni Dios... Esta semana he leído que, el Vaticano, en su infinita misericordia para con su patrimonio pictórico, quiere poner en marcha un sofisticado mecanismo que rebaja la temperatura corporal de la cristiandad para que la cristiandad no perjudique con sus emanaciones corporales los frescos de la Capilla Sixtina. Habida cuenta de que el Vaticano es una institución ejemplar en la implementación y optimización de cualquier instrumento de control (y financiación) humano, y considerando el grosor del tentáculo vaticanal, quién no me dice que, vía Conferencia Episcopal-Monseñor Camino, se extrapola la iniciativa en un intento por solucionar el problema del paro. Junto unas letras aparte para contarte que el hipotálamo es una glándula hormonal maravillosa que está ubicada en el centro del cerebro, justo debajo del tálamo, y que lleva en sus cuatro gramos de peso la noble función de resetear el organismo cuando éste sufre alteraciones o cambios, proporcionándole el equilibrio necesario entre el medio interno y externo (homeostasis ^_^). El hipotálamo depende de factores externos y recibe todo el tiempo información a través de las diferentes partes de nuestro cuerpo, cambiando y reajustando constantemente las funciones del organismo. Regula el sueño, la temperatura del cuerpo, la presión sanguínea, la función muscular, el sistema inmunitario, el comportamiento sexual, la sed y el hambre.... ¡¡¡El hambre!!!... España ronda los seis millones de parados con sus consiguientes seis millones de hipotálamos en constante actividad y reajuste. Seis millones de parados que tienen en común tres cosas: una necesidad (la comida), un derecho (el trabajo) y una Ministra (¿‘pa’qué?). Mi temor es que, viendo que el Vaticano puede rebajar la temperatura corporal de cinco millones anuales de cristianos para proteger unos frescos de la pared, se nos envalentone Rajoy y encargue un artefacto capaz de rebajar la necesidad de comer a seis millones de parados para proteger el retablo bizantino que tiene montado en el Ministerio de Empleo, con Fátima Báñez en escorzo supino. Así sólo faltaría tachar en la Constitución la palabra “trabajo” donde pone “tiene derecho al...” y problema zanjado. Pero, bueno, eso sería ya mucha inocentada, ¿no? ;-)
Fani Grande
Artículo publicado el 28 de diciembre de 2012 en el blog “El Fémur de Eva” y reproducido en “El Seis Doble” con la autorización de F.Grande. Para ver los links que acompañan al texto, puedes ir a este enlace.