| Edició núm. | Any: 13 | Notícies: | Fotografies: | Comentaris d'usuaris:

 03/11/2014

ALTRES TEMES » CLAN DE FUTBOL » Columnistes que llegim » Futbolistes » Literatura i futbol » Vázquez Montalbán

Romario, esplendor en la hierba | Manuel Vázquez Montalbán

"Cuando Romario está en los campos de fútbol, estos adquieren una dimensión de prado planetario y los 90 minutos una parsimonia de estaciones"


Voy de curtido por la vida y los campos de fútbol y yo, que he visto regatear a Kubala con las caderas, driblar de costado a Eulogio Martínez, a Di Stefano reinventarse el campo de fútbol con la imaginación o disfrazarse de poste, a Cruyff marcar goles con el flequillo, lamenté aquel día no llevar nunca -pero es que nunca- sombrero para quitármelo cuando vi a Romario dejando cubierto de vaselina y soledad al portero de Osasuna. Llamándose Romario no podía esperarse otra cosa que goles sureños, del sur más profundo del mundo, con un estilo de samba con seriedad de macumba, de la misma manera que llamándose Van Basten los goles han de ser nórdicos y de metro noventa de estatura. Romario marcaba goles y después levantaba el dedo hacia los cielos y se santiguaba hacia los infiernos, con una seriedad de samba trascendente, como si los goles le vinieran de fuera, cual la gracia santificante y las ayuditas del Espíritu Santo.
Cualquier otro delantero centro que se llevara la pelota al tacto, con los pies tan sensibles y blandos como los relojes de Dalí, para rematarla a continuación con pies de piedra excitaría el sentido del ridículo y el odio de los defensas y porteros. Pero Romario les despertaba un sentimiento religioso y, de no estar en pleno campo de fútbol delante de tantos desconocidos y de no tener todos tan metido dentro el sentido del ridículo, estoy seguro de que después de cada gol de Romario, sus antagonistas se arrodillarían y darían gracias a un dios no por menor y pagano menos considerable, por haber sido escogidos para el acontecimiento.
Otro valor añadido a este jugador es su misteriosa gestualidad, hierático como un diosecillo preocupado por la deforestación del Paraíso e inalterable al paso de las estaciones porque cuando Romario está en ellos, los campos de fútbol adquieren una dimensión de prado planetario y los 90 minutos una parsimonia de estaciones, de vez en cuando precipitadas por las decisiones geniales del dios reconcentrado. Romario creaba un espacio y un tiempo, o así nos lo parecía mientras duraba la magia.
Pero si algún día, como le ocurrió al marino que perdió la gracia del mar, él pierde la gracia del gol, no olvidemos que gracias a él volvimos a vivir tiempos de esplendor en la yerba, sin la suerte de tener a mano un poeta como William Wordsworth para contarlo.
 
Artículo publicado en El País el 10 de octubre de 1993
Todos los artículos de Vázquez Montalbán en El País
Fuente de la fotografía
 


 
El Sis Doble no corregeix els escrits que rep. La reproducció d'aquest text és literal; fidel a les paraules, redacció , ortografia i sentit de l'autor/s
  • 0Comentaris
    Imprimir Enviar a un amic

Notícies similars

AFEGIR UN COMENTARI

Escriu en aquest camp el resultat de la suma, en xifra

És obligatori omplir aquesta casella amb un nick o nom real. No utilitzar la paraula "Anònim" o similars

La direcció no apareixerà públicament però ha de ser correcta; en cas contrari, no se editarà el comentari. Es comprobarà l'autenticitat del e-mail, encara que no se farà públic, seguint la nostra política de privacitat.

* El comentari pot tardar a aparéixer perquè ha de ser moderat per l'administrador. * Ens reservem el dret de no publicar o eliminar els comentaris que considerem de mal gust, il•lícits o contraris a la bona fe; així com els de contingut de caràcter racista, xenòfob, d'apologia al terrorisme o que atempten contra els drets humans. * EL SIS DOBLE no té per què compartir l'opinió de l'usuari, ni es fa responsable de les opinions abocades. * Es recomana no abusar de les majúscules ni d'abreviatures. * Els comentaris han de guardar relació amb el tema del qual tracta la notícia. * No s'admeten comentaris de caràcter publicitari.