Se han cumplido 50 años del asalto al tren de Glasgow, conocido como ‘El robo del siglo’
Los ladrones dejaron sus huellas en un tablero de Monopoly que usaron para entretenerse
Nunca se había visto nada igual. Tampoco se ha vuelto a ver en los 50 años transcurridos desde que, en la madrugada del 8 de agosto de 1963, un grupo de 17 delincuentes formado por 15 ladrones cuidadosamente seleccionados por sus habilidades especiales, además de dos informadores, llevaron a cabo el considerado «robo del siglo».
Los medios de comunicación de todo el mundo le dedicaron gran espacio en sus informativos. ¿Cómo había podido suceder? ¿Quién había planeado aquel plan tan perfecto? «El mayor robo de la historia de los ferrocarriles británicos y del servicio de Correos ha sido perpetrado en la madrugada de este jueves. Botín: más de 170 millones de pesetas de la época. Los delincuentes no dejaron más huellas que las de su perfecta habilidad, su exacta sincronización de movimientos y su audacia. Scotland Yard tiene una sola pista: descubrir entre las fichas policiacas el “cerebro maestro” capaz de organizar ese atraco», contaba ABC al día siguiente del suceso, informando de que se ofrecían seis millones de pesetas de recompensa por la captura de cualquiera de los ladrones, que «no han dejado ningún rastro».
El robo fue de una precisión milimétrica y contó con una cuidada preparación que había comenzado a fraguarse tres años antes en la mente de Bruce Reynolds. Este ladrón profesional supo de la existencia del famoso tren de Glasgow por un confidente que había conocido en la prisión de Durham. Al principio pensó que era imposible, pero tras un encuentro con un antiguo compañero de correrías, Ronnie Biggs, puso en marcha la selección de los socios. El proyecto comenzó a tomar forma.
El ‘Up Special’
Entre todas las noches barajadas, tenía que ser por fuerza la del jueves 8 de agoto, pues los bancos de Glasgow, tras haber cerrado su ejercicio tres días antes, había vaciado las cajas fuertes y enviado el dinero a Londres para ponerlo a buen recaudo.
El tren encargado de llevar a la capital inglesa aquel preciado botín era el «Up Special», uno de los cuatro ferrocarriles secretos de la Dirección de Correos británica que se encargaban de transportar, al abrigo de la oscuridad de la noche, la recaudación de todos los bancos del país hasta la capital inglesa. Muy pocas eran las personas que tenían conocimiento de ello, de ahí que hiciera falta la participación de informadores. El botín del «Up Special» estaba formado por 126 sacos repletos de dinero que, de salir todo como lo habían estudiado, les retirarían para el resto de sus vidas.
Había llegado el momento. El tren había estado viajando durante toda la noche desde Glasgow. A las 3.15 de la madrugada, el convoy se encontraba a poca distancia del empalme ferroviario de Leighton Buzzard y Cheddington, el lugar elegido para llevar a cabo el golpe. Cheddington era una pequeña localidad ubicada a 65 kilómetros de Londres, que contaba con una población de quinientos habitantes, los cuales a esa hora dormían ajenos al hecho de que a escasos metros de sus casas se iba a producir «el mayor robo de la historia». El autor de este texto es Israel Viana. Leer artículo completo y ver hilo de debate en abc.es.
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