Ya no hay hambruna en los dos estados donde se declaró a principios de este año, pero ahora la inseguridad alimentaria aguda afecta a 1,4 millones de personas más que en el mismo momento del año pasado. Se trataba de la primera hambruna (la clasificación extrema del hambre con indicadores técnicos como más del 30% de desnutrición aguda entre la población o una mortalidad superior a 2 persona sobre 10 000 al día) oficialmente declaraba desde 2011.
“Nos encontramos ante niveles de emergencia (Fase 4 la clasificación internacional de seguridad alimentaria (IPC), siendo el 5 el nivel de hambruna) precisamente en partes del país que son estables, que no han sido afectadas directamente por el conflicto armado”, apunta Guy Halsey, director nacional de Acción contra el Hambre en Sudán del Sur. De acuerdo con la alerta del IPC, lanzada hace unos días, en el peor de los escenarios, en 2018 es posible que se produzca de nuevo una hambruna en múltiples lugares en todo el país.
“Los picos estacionales, o incluso las disminuciones, en los niveles de hambre en diferentes partes del país no son inusuales”, continúa Guy Halsey. “Pero lo que estamos viendo es devastador. La prevalencia de la desnutrición aguda ha excedido el umbral de emergencia en todo el país. La persistencia del conflicto, agravado por la inestabilidad económica y el cambio climático, han erosionado los medios de subsistencia de la población y ha obligado a millones de personas a huir.”
La alerta del IPC, que se ha hecho pública por el Gobierno de Sudán del Sur, varias agencias de las Naciones Unidas y socios humanitarios, entre los que se incluye Acción contra el Hambre, advierte que el 45 por ciento de la población de Sudán del Sur hará frente a una situación de inseguridad alimentaria severa durante la temporada de cosecha de octubre a diciembre, cuando la comida suele ser más abundante. Se tme que la estación del hambre (el período entre cosechas, cuando los suministros de alimentos escasean) comience tres meses antes de lo habitual, con lo que se adelantaría a principios de 2018, poniendo a la población, ya vulnerable, en un riesgo aún mayor.
Evitar la hambruna depende de la ayuda internacional… y del fin del conflicto
“La intensificación de la asistencia humanitaria internacional tras la declaración de hambruna a principios de este año mejoró la seguridad alimentaria y salvó las vidas de los niños con desnutrición en las áreas de Unity, Jonglei y Northern Bahr el Ghazal, que entonces eran el foco de preocupación”, señala Halsey. “El progreso conseguido es muy frágil y depende de la asistencia humanitaria. Necesitamos recursos no solo para proporcionar un tratamiento que salve vidas a los niños con desnutrición aguda, sino también para abordar las causas subyacentes del hambre. Las personas necesitan ayuda para reconstruir sus medios de subsistencia y que el acceso a alimentos asequibles, el cuidado de la salud, agua potable y saneamiento, estén todos garantizados a largo plazo.”
“El preocupante déficit en la financiación de la respuesta humanitaria internacional ha provocado demoras, una cobertura limitada de los servicios y escasez de artículos de emergencia esenciales. De hecho, la financiación de las emergencias humanitarias suele enfocarse en el corto plazo y no permite una programación sostenida que ayude a las comunidades a recuperarse, en Sudán del Sur o en otros países que atraviesan graves crisis.” La movilización de recursos para intervenciones inmediatas que salvan vidas y los esfuerzos de recuperación a más largo plazo en Sudán del Sur son prioridades urgentes, pero existe una necesidad aún más urgente de soluciones políticas viables para poner fin a la crisis.
“Los esfuerzos humanitarios han evitado que la gente sufra una catástrofe y aliviar el sufrimiento”, afirma Hajir Maalim, director regional de Acción contra el Hambre para África Oriental. “Pero la ayuda humanitaria no puede poner fin al conflicto en Sudán del Sur. Sin una solución política, el hambre empeorará y persistirá, a pesar de nuestros esfuerzos.”
Acción contra el Hambre responde a las necesidades humanitarias más urgentes de las poblaciones de Jonglei, el norte de Bahr el Ghazal y Warrap, llegando a más de 580 400 personas a través de programas alimentarios y nutricionales de emergencia, además de brindar apoyo a los medios de subsistencia e intervenciones de agua y saneamiento. Nuestro equipo sobre el terreno está llevando a cabo evaluaciones de emergencia al mismo tiempo que realiza distribuciones de asistencia humanitaria en zonas del país donde las necesidades son más urgentes, como son los condados de Ayod y Pagiur en Jonglei, donde no hay otros actores humanitarios presentes.
El Seis Doble | Acción contra el Hambre
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