Thierry Henry, el goleador que rompió el molde
Durante dos décadas de carrera ganó todos los títulos con lo que sueña un futbolista
Thierry Henry dijo basta. A sus 37 años, el francés anunció su retiro del fútbol profesional tras una carrera que se extendió por dos décadas y en la que ganó todos los títulos con los que sueña un futbolista.
"Ha sido una travesía increíble", dijo quien es considerado una leyenda del Arsenal inglés y de la selección francesa, pero que además vistió los colores del Mónaco, Juventus, Barcelona y los Red Bulls de Nueva York.
En su vitrina de trofeos acumula una Copa del Mundo (1998) y Eurocopa (2000) con Francia, dos títulos de la Liga Premier (incluido el que logró invicto en la temporada 2003-2004) y tres Copas de la FA con el Arsenal, una Liga de Campeones, dos ligas y un Copa del Rey con el Barcelona, una liga con el Mónaco y un sinnúmero de premios individuales como cinco veces máximo goleador de la premier y dos botas de oro del fútbol europeo.
"Me gustaría agradecer a todos los aficionados, compañeros de equipo y personas" dijo Henry en referencia a todos aquellos que lo acompañaron durante su carrera.
"Tengo unos recuerdos extraordinarios -¡la mayoría buenos!- y una experiencia maravillosa. Espero que hayan disfrutado mirando tanto como yo lo he hecho jugando. Nos vemos del otro lado", expresó en un comunicado.
Pero el legado de Henry trasciende a sus logros en el terreno de juego al ser alguien que rompió el molde del futbolista moderno, directo, franco, sin pelos en la lengua.
Insaciable
Thierry Henry no fue un jugador más. Desde que fue admitido a los 13 años en el centro de entrenamiento Clairefontaine, con el cual la federación francesa consiguió la revolución que la llevó a ganar los títulos mundial y europeo, Henry destacó por su carisma, su hablar fluido y atractivo físico.
Espigado y de buenos modales, el francés fue un obsesivo del deporte en cada una de sus áreas. No bastaba con hacer su trabajo dentro del campo, para él siempre fue igual de importante lo que pasaba alrededor, en las gradas, la opinión de los aficionados, el juicio de los periodistas.
Cuando llegó a Arsenal en 1999 de la mano de la persona que lo había hecho crecer como futbolista, Arsene Wenger, Henry se encontró con un equipo en crecimiento, rodeado por viejos compañeros de selección.
En lugar de acomodarse, el delantero se estudió los 185 goles de su predecesor en el corazón de los aficionados de Arsenal, Ian Wright. Leer artículo completo y ver hilo de debate en bbc.co.uk.
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