Un equipo de investigadores recrea en 3D patrimonio desaparecido
La técnica enfrenta el análisis de datos históricos, arqueológicos con elementos deductivos
El palacio del embajador Vich en Valencia fue durante siglos todo un símbolo del poder y la opulencia de su morador. Aristócrata y diplomático, Jerónimo Vich y Vallterra representó a los monarcas Fernando el Católico y Carlos I como embajador ante la Santa Sede.
Su cometido le retuvo durante años en Roma donde se empapó del floreciente renacentismo italiano. Un nuevo estilo que quiso trasladar a su palacio valenciano, de origen gótico, que se convirtió en una de las joyas de la arquitectura de su tiempo.
De la belleza de esta residencia de la nobleza local apenas restan vestigios porque el edificio fue demolido, como tantos otros, durante el siglo XIX, un periodo especialmente dramático por el gran número de atentados contra el patrimonio histórico.
¿Pero sería posible reproducir, hoy en día, este inmueble? La respuesta es positiva. De hecho, un equipo de investigadores de cuatro universidades (la Católica de Murcia, las Politécnicas de Cartagena y Valencia y la Universidad de Murcia) han logrado reconstruirlo más de un siglo después con la ayuda de la tecnología digital.
El trabajo, que se publica en el International Journal of Architectural Heritage, se basa en un nuevo método científico-deductivo que puede extrapolarse a otras construcciones desaparecidas con el fin de alcanzar una recreación fidedigna.
Del subsuelo a los archivos
La arquitecta Mercedes Galiana, de la Universidad Católica de Murcia, ha liderado esta ardua investigación. Ardua y laboriosa porque exigió una importante recopilación y un minucioso análisis posterior de todos los documentos históricos, literarios y gráficos relativos al monumento, incluyendo, además, la información que escondía el subsuelo.
Y es que en el caso del palacio del embajador Vich, la demolición en 1999 de uno de los dos edificios levantados sobre sus ruinas permitió acceder a restos arqueológicos hasta entonces inéditos. Aún mejor, los investigadores incluso llegaron a las cimentaciones, lo que proporcionó datos valiosos sobre su planta, dimensiones y características varias.
Para el ambicioso estudio de Galiana, sin embargo, se han necesitado muchos más elementos. Tantos, que la labor de esta arquitecta y su equipo linda con lo detectivesco: escrutaron archivos, trabajos previos y bibliotecas en busca de documentación histórica. El trabajo, aunque complejo, dio sus frutos.
"En el Archivo Municipal de Valencia encontré el expediente de derribo de 1859 que incluía, además, una carta en la que se solicitaba la demolición. Toda esta información nos permitió reproducir la antigua traza del palacio, determinar cuál era el acceso principal y cómo era también el palacio gótico precedente".
Galiana tuvo también la oportunidad de compartir un gran flujo de información con el que fuera director del Museo San Pío V, Fernando Benito, uno de los principales expertos sobre esta joya arquitectónica del renacimiento. No en vano, fue quien impulsó la reconstrucción del patio del Embajador Vich a partir de los elementos pétreos que se conservaban entre los fondos del Museo de Bellas Artes de Valencia. El autor de este texto es F. Álvarez. Leer artículo completo en elmundo.es.
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